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El turismo es fundamental para el desarrollo social y económico de Colombia.
Por Paola Holguín - @PaolaHolguin
En el marco de la semana de receso escolar, conocida como la “semana de Uribe” (Decreto 1373 de 2007) que se creó, entre otras razones, buscando impulsar el turismo, comparto algunas reflexiones sobre este sector que es fundamental para el desarrollo económico y social de nuestro país.
En Colombia, el turismo crece por la audacia de nuestros empresarios, la belleza del territorio y la riqueza de nuestra cultura, no porque tengamos una política pública y una estrategia de clase mundial. Mientras creció el turismo internacional, en 2024, el turismo interno cayó −21,8% frente a 2023, pasando de 12,8 millones a 10 millones de viajeros, en tanto que la ocupación hotelera se estancó en un 50%.
El país necesita una política pública de mediano y largo plazo que articule cinco factores: seguridad, infraestructura y conectividad, formación, formalización y promoción.
La seguridad impacta directamente el turismo, por ejemplo, el Departamento de Estado de EE.UU. nos tiene hoy en alerta nivel tres, que significa reconsiderar el viaje por riesgo de crimen, secuestro, disturbios civiles y presencia de grupos armados, además, recomienda no viajar a Arauca, Cauca y Norte de Santander. Nosotros vamos a recuperar la seguridad para todo el territorio, y a trabajar en: fortalecimiento del Consejo Nacional de Seguridad Turística, Unidades de Reacción Turística Inmediata (acortar tiempos de respuesta y elevar la percepción de seguridad), protocolo Turista Seguro, formación de primeros respondientes, acuerdos de cooperación e interoperabilidad en seguridad con plataformas digitales que ofrecen servicios de rentas cortas, y corredores seguros y libre movilidad.
En infraestructura estratégica avanzaremos en un Plan Nacional a través de concesiones y alianzas público privadas e incentivos como la exención de renta para la construcción y renovación hotelera. Adelantaremos un programa de infraestructura básica en destinos emergentes, y profundizaremos la política de cielos abiertos estratégica y recíproca, además de incentivos a primeras frecuencias y nuevas rutas. Garantizaremos la conectividad digital como pilar competitivo.
Apostaremos a la formalización, porque por cada hotel hay siete viviendas turísticas, y 61% de ellas no están en el Registro Nacional de Turismo. La informalidad afecta la competitividad, la calidad del servicio y pone en riesgo la seguridad de los viajeros.
Frente a la formación, necesitamos profesionalizar el sector con programas de capacitación y certificación, a través del SENA en alianza con otras entidades públicas y privadas.
En relación con la promoción, se debe avanzar en la labor de Procolombia, encargada de la imagen país, así como con Fontur, impulsando la Red Nacional de Rutas Turísticas Temáticas con enfoque regional, cultural, histórico, natural y religioso. Es hora de aprovechar y potenciar segmentos de alto valor, como el turismo médico, que en 2024 creció 7% y el auge de los nómadas digitales que, en Medellín, son 8.300 al mes. El turismo de reuniones, eventos y congresos también es vital, porque genera entre 3 y 5 veces más gasto promedio por visitante que el turismo vacacional tradicional, y 43% de turistas internacionales que viajan por eventos, regresan como vacacionales.
Si no se abordan problemas estructurales que limitan el sector, cualquier otra medida termina siendo ineficiente. Es momento de pasar del discurso a la acción y de consolidar una política pública que garantice estabilidad, confianza y sostenibilidad para el turismo colombiano.