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Sobre
inflaciones infladas

Es claro que la inflación aumenta el valor de lo que consumimos estableciendo precios que ya serán muy difíciles de bajar. Las inflaciones pueden detenerse, pero no regresar al mundo antes de ellas.

27 de mayo de 2023
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  • Sobre inflaciones infladas

Por José Guillermo Ángel R. - memoanjel5@gmail.com

Estación Altos Precios, a la que llegan nómadas digitales (no sé si es un eufemismo) que lo pagan todo en dólares y encarecen la vida local (arriendos, restaurantes, bares, carreras de taxi), negocios que creen que venden para millonarios y a todo le amplían el precio porque todo es cuestión de marca y estilo (para esto hay clientela), servicios que se dan como especializados y anexan propinas y seguros que asume el usuario, pastores que gritan que Dios necesita más dinero porque ser el Señor del mundo no resulta barato, mendigos que ya no reciben sino monedas de mil y amenazan si se da una de doscientos, damas de compañía (también damos) que trabajan con medidores de horas, minutos y fracción, tiendas de una misma cuadra vendiendo lo mismo con precios diferentes (pasa lo mismo con los supermercados), en fin, el asunto de encarecer ya no obedece solo a la inflación sino a un desorden en precios que nadie controla ni regula y esto crea malestar y a la vez codicia, dejando claro que hay un oportunismo que camina sin obstáculos.

Es claro que la inflación aumenta el valor de lo que consumimos estableciendo precios que ya serán muy difíciles de bajar. Esto se prueba cuando se habla de cuánto se podía adquirir hace diez años con cincuenta mil pesos y cuánto ahora. Las inflaciones pueden detenerse, pero no regresar al mundo antes de ellas. Ahora, se dice que el precio de una oferta depende de la demanda y si hay escasez en lo que se ofrece el precio es más caro. Hasta aquí la teoría económica funciona. Pero si la oferta se enrarece (se crean situaciones ficticias) y se pone por encima la libertad del mercado y no el control sobre este, si el valor de algo se impone al desgaire y no al valor que realmente tiene, la confusión crece y, como sucede con las gentrificaciones, las gentes del sitio se ven desplazadas por otras y ya no tienen ciudad sino un lugar de exclusión.

Las ciudades modernas (medianas en nuestro caso) tienden a ser cosmopolitas. Gentes de todas partes vienen a vivir en ellas y esto genera encuentro de culturas, un posible mejor desarrollo y diversidad en los mercados. Pero esto no pasa con los nómadas provenientes de países desarrollados, que vienen por un tiempo y luego se van cuando encuentran otro lugar (con conexión digital o lo que sea) en el que su moneda (dólares) rinde mucho frente a lo que gana un local, lo que les permite pagar más sin hacerse ascos. Y bueno, lo que sigue ya se sabe. Ciudades imposibles para la clase media, como pasa en Paris y está pasando en esta.

Acotación: el mucho dinero de unos y el poco de otros (una mayoría) enrarece las economías, amplía brechas y desordena. Y así pasa lo que en la película Por unos dólares más. ¡Uf!

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