La corrupción está en todo lado, va de la mano de la administración pública. Hay tanta corrupción que muchos de esos actos se encuentran normalizados; ya no causan rechazo. Algunos ni si quiera se perciben como corrupción.
La lucha contra la corrupción es motivo de campaña de políticos (de toda la gama) y de planes de gobierno en todo el continente. Desde hace unos cinco años y, definitivamente desde la puesta en escena del “monstruo” Odebrecht, la lucha contra la corrupción es un lema que copa la agenda noticiosa latinoamericana. La lucha contra la corrupción es el leit motiv de nuestros tiempos. Es el diablo contra el cual todos los salvadores batallan.
La anticorrupción es un nuevo código de armonía y fraternidad global. Es el rugido de “síganme...