Ayer estuve donde el padre Nicanor, mi tío. Inesperadamente, casi sin saludarme, me habló de Tito Brandsma, un personaje que él admira mucho, pero que yo desconocía.
-No lo conoces, supongo. No es un cantante moderno, un escritor famoso, ni un político de renombre mundial. Tampoco es un deportista destacado o, con ese nombre, un espía de la guerra fría.
-¿No? ¿Entonces quién es?
-Pues, aunque no lo creas, es el primer periodista que ha llegado a la gloria de Bernini.
-O sea, que es santo reconocido por la iglesia católica.
-Sí, fue beatificado en 1985 por Juan Pablo II. Es el primer santo que ejerció el periodismo (tuvo carnet internacional de periodista) y que entra a formar parte del martirologio católico por una razón dramáticamente actual: es un mártir de la libertad de expresión. Hoy, 27 de julio, es su fiesta.
-Cuente, a ver, tío.
-Tito Brandsma es un fraile carmelita holandés de los de la llamada antigua observancia, de la que se escindió Santa Teresa en el siglo XVI. Carmelita calzado, que se decía en un tiempo con la obsoleta denominación de calzados y descalzos. Conste que Tito Brandsma fue un gran conocedor de la santa española, tradujo sus obras al holandés y cuando estuvo preso de la Gestapo en 1942, antes de ser sacrificado, escribió en la cárcel una biografía de la santa.
-Interesante, padre. Cuénteme más de este colega desconocido. Por lo visto, hasta en el cielo hay periodistas.
-Este fraile holandés nació en la ciudad de Bolosward en 1881. Carmelita en 1898, fue ordenado sacerdote en 1905 y fue cofundador de la Universidad de Nimega, de la que fue rector y profesor. Su apostolado preferido fue la prensa, el periodismo. Por eso cuando el nacional-socialismo de Hitler se apoderó de Holanda y en 1941 quiso exigir apoyo eclesiástico para sus pretensiones, el episcopado holandés encargó al padre Brandsma, periodista reconocido, para que adelantara un campaña de desobediencia al nazismo. Que fue exitosa y puso al carmelita en la mira de la Gestapo. El 19 de enero de 1942 fue detenido, dos meses después fue enviado al campo de concentración de Amersfoort y el 5 de junio inicia el viaje sin retorno al campo de concentración de Dachau. El 26 de julio, experimentando en su cuerpo, le fue aplicada una inyección de ácido fénico.
-Un mártir moderno, padre.
-Un mártir moderno, sí: muere por la libertad de prensa; muere víctima de una inyección letal y muere en un campo de concentración. Y muere por una opción política frente a un régimen totalitario.
-Pues ya tenemos protector periodista en el cielo. Harta falta nos hace.