En contra de todos los agoreros que nos acompañan desde la primera charca, el mundo es hoy un lugar más habitable que hace unos lustros. Cierto es que hay quienes se empeñan a conciencia en hacerlo invivible, los terroristas, entre otros. Pero también otros muchos profesionales del caos ponen su granito de arena para aguarnos la fiesta. Enumeremos a unos pocos: los abusadores de niños, quienes desprecian a las mujeres y las tratan como mercancía, los servidores públicos cleptómanos, los narcos que convierten en marionetas a millones de jóvenes para llenarse los bolsillos, aquellos que solo programan memeces en la televisión o los traficantes de armas. Todos estos cafres no están solos. Muchos de nosotros les echamos un cable en el día a día...