Pico y Placa Medellín
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Los días sin IVA son una mala idea, están mal diseñados y no son oportunos, pues el Gobierno decidió concentrarlos en el calendario en medio de la mayor crisis económica de la historia.
Son una mala idea, pues llevan a que las personas y las empresas pospongan el consumo, hasta cada día sin IVA. Son injustos porque no incluyen a todos los productores ni a todos los productos, concentrándose en los de consumo durable, que sólo pueden pagar quienes tienen un empleo formal o un ingreso garantizado y no han visto caer sus ingresos por el aislamiento. Tampoco contribuyen a reactivar la postrada economía, pues no generan ingresos para los trabajadores, no crean incentivos de emergencia para la generación de empleo ni traen consigo mejores condiciones de inversión. Están mal diseñados porque no aumentan la competencia, al contrario, la reducen, pues ofrecen a los comerciantes una oportunidad de coordinación para salir de inventarios sin competir entre ellos, liquidar “huesos” y ganar algo de efectivo. Finalmente, son inoportunos, pues reducen el recaudo de impuestos en el momento en que el tesoro de la Nación está más sediento. Cada peso que deje de recaudar la Dian aumenta la sequía del tesoro nacional, haciendo más difícil la situación de las finanzas públicas.
