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Lo primero que hay que decir es que hay una dificultad para hacer un pronunciamiento a fondo, y es que habría que conocer el expediente íntegro, e ir más allá de un boletín que resume la sentencia. Pero hecha esta salvedad, uno sí ve allí un sesgo político. Cuando el presidente Uribe comenzó ese enfrentamiento con la Corte Suprema, algunos advertimos que eso no era bueno, aun cuando las razones del Gobierno eran válidas, pues se trataba de aclarar vínculos de magistrados con personajes como Ascencio Reyes o Giogio Sale. Las cortes son vengativas, como lo supo López Michelsen cuando, por venganza, le tumbaron su constituyente.
Puede que ahora los magistrados no sean los de esa época, pero hay una solidaridad de cuerpo. La Corte tiene una aversión institucional contra todo lo que tenga que ver con el expresidente Uribe.
¿Por qué la Corte Suprema no investiga por igual a otros sectores políticos, o es que los demás son impolutos? Hay que ver por qué anularon el valor probatorio de los correos de alias Raúl Reyes. ¿Han investigado el otro material que hay, el del “Mono Jojoy” o el de “Alfonso Cano”? Nada. La farc-política no existe. Todo deja muchas dudas, y es muy lamentable porque las tres personas condenadas eran respetadas por la comunidad.
