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diego
agudelo
Crítico de series
En el aniversario de la muerte de su madre, Adam acude al vecindario de Nueva Orleans donde la asesinaron para dejar una ofrenda. Es un barrio marginal y los jóvenes afroamericanos que están en la calle pertenecen a peligrosas pandillas. La presencia de Adam los inquieta y se acercan a él con una actitud amenazante. El miedo que empieza a embargar al joven Adam detona un ataque de asma. Él corre hacia su auto para alejarse. Se confunde, da vueltas en círculo por el barrio, una camioneta de vidrios polarizados lo persigue, el inhalador se escurre de sus manos y cae al piso del auto, Adam intenta alcanzarlo, quita su mirada de la vía y en un leve desvío atropella a un motociclista. Así empieza la serie Your Honor, una gema escondida estrenada en 2020 y protagonizada por Bryan Cranston.
Breaking Bad finalizó en 2013 y a Cranston lo hemos vuelto a ver en otras películas y series pero es muy difícil que no lo recordemos por su papel como Walter White. Verlo en Your Honor es como visitar una dimensión paralela en la que Walter White es un juez incorruptible que debe decidir si ayuda a su hijo a ocultar un crimen o si lo lleva ante las autoridades. Su honorabilidad lo empuja a hacer lo segundo. Escucha consternado a su hijo cuando este le cuenta del accidente. Mató a un chico como él. Intentó ayudarle, le dio respiración boca a boca, pero el motociclista, con la cabeza destrozada, se ahogó en su propia sangre. El juez Michael Desiato le dice entonces que deben ir a la policía. Lo acompaña a la estación, entra para confesar lo que ha hecho su hijo y allí, en la puerta de la morgue, ve a los padres del joven muerto sumergidos en un dolor indescriptible. Es en ese momento que el juez Desiato decide ocultar el crimen. Lo oculta porque reconoce al padre de la víctima: es Jimmy Baxter, el jefe de la mafia más peligrosa de Nueva Orleans. Sabe que Baxter no quedará contento con que el asesino de su hijo vaya a la cárcel, sabe que el código de la mafia es la venganza y que una deuda de sangre se paga con sangre.
Con esta primera mentira, el juez Desiato emprende un camino fangoso en el que se va hundiendo poco a poco. Una mentira llevará a otra más grande y a otra y a otra: limpiar las evidencias, deshacerse del auto, desviar la mirada de los investigadores, intentar por todos los medios no ser notado por el hampa criminal que quiere encontrar al monstruo que atropelló a un joven y lo dejó morir. Pero tal monstruo no existe, Adam también se hunde en ese fango con mayor velocidad porque lleva el lastre de la culpa.
Es muy difícil desprenderse de los 10 episodios de esta miniserie. En cada entrega el clímax aumenta, lleva al espectador a cumbres donde el vértigo es la única estrategia para soportar los giros que va dando la trama. El motociclista muerto, Rocco Baxter, no es la única víctima. Su muerte es solo la primera de una serie de calamidades que van cercando poco a poco al juez Desiato y a su hijo. Hay inocentes que pagan el precio más caro y el juez Desiato sufrirá transformaciones que lo harán conocer el lado más oscuro de la condición humana.
La odisea espiritual del juez es muy parecida a la que hizo que un profesor de química se convirtiera en un narcotraficante temible. Pero Cranston tiene un talento inigualable para lograr que el rostro de Michael Desiato sea totalmente distinto al de Walter White. Son vidas paralelas succionadas por la vorágine del mal, historias que se miran en un espejo en el que la luz se extingue y le cede su territorio a las sombras.