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La alerta del Instituto de Bienestar Familiar (ICBF) sobre la violencia contra niños y adolescentes en el país, durante la presente cuarentena, coincide con los reportes de diferentes organismos que atienden también agresiones de género y contra los menores dentro de los hogares. Es urgente que se tomen medidas para aliviar las tensiones y el estrés ocasionados por el aislamiento, y que se mantengan activas las 24 horas las líneas de servicio para que haya prevención y protección institucional.
El Gobierno Nacional ya impartió instrucciones para que se mantengan en funcionamiento las comisarías de familia, aunque los índices muestran un aumento promedio, de reportes de casos de este tipo de violencia, en un 20 %, en las principales capitales, en relación con 2019.
Hay una voz general de las dependencias que reciben quejas sobre violencia de género y contra menores de edad, para que se cultive en los hogares una convivencia pacífica y de respeto, entre todos los integrantes de las familias, en medio de la rutina y el agotamiento que trae el encierro preventivo.
Es un llamado a mejorar la calidad de la interacción, a la calma y al buen trato dentro de las casas, dando muestras de cuidado y protección, en especial, a mujeres y niños.
Esta ola de violencia intrafamiliar no es exclusiva de Colombia, también hay reportes de incrementos en Francia y en Perú, por ejemplo. Hay una alerta de la Vicepresidencia, porque en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Ibagué y Bucaramanga, las denuncias van en alza. En el puente festivo del 20 al 23 de marzo se recibieron en el servicio Línea Púrpura 219 llamadas de emergencia por violencia intrafamiliar, y al 31 de marzo, según esa entidad, los reportes iban en 1.101.
Las autoridades en Medellín, hablan de un aumento del 14 % en los casos de violencia intrafamiliar. Por ello, solicitan a los afectados a usar las líneas locales 123, para las mujeres, y la 155 de la Policía Nacional, además del 122 para poner denuncias ante la Fiscalía.
En contraste con este tipo de violencia, las autoridades resaltaron el descenso de los homicidios en la capital de Antioquia, que pasaron de 53, en marzo de 2019, a 18 en 2020, un 61,7 % menos. Ello muestra un descenso de las agresiones en el espacio público, contrario al preocupante aumento de los casos de agresiones domésticas.
La atención presencial de las autoridades de policía y gobierno, a los casos de violencia intrafamiliar, no está suspendida. Se puede solicitar orientación sicosocial y jurídica en las líneas mencionadas y exigir, de ser el caso, la reacción y visita domiciliaria de las autoridades.
Cabe el llamado a que se cultive una gran capacidad de diálogo intrafamiliar, para manejar las tensiones propias de la cuarentena, pero también para que en los vecindarios y los entornos de víctimas de agresiones entre parientes haya solidaridad y se denuncie el maltrato de género o a los menores de edad.
Resulta absurdo y condenable que en medio de la crisis sanitaria y de salud que desató el coronavirus, con tantas dificultades sociales y económicas, ahora Colombia sea escenario de la propagación de episodios y fenómenos de violencia intrafamiliar.
Ni impunidad ni tolerancia ante estas agresiones contra personas indefensas y en condición de vulnerabilidad. Hay que unir esfuerzos y solidaridad, para luchar contra la covid-19, y por supuesto para frenar cualquier violencia, muy en especial contra las mujeres y los niños.