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El fenómeno Bukele

Así se confirma una vez más el hechizo que Bukele ejerce sobre la población de un país que bajo su mandato se ha convertido en uno de los más seguros de América.

06 de febrero de 2024
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  • El fenómeno Bukele

Nayib Bukele, el presidente recién reelegido de El Salvador, ha demostrado que interpreta hoy como pocos el sentir del ciudadano medio latinoamericano. Según un informe de Americas Society es el presidente con mayor popularidad en América Latina, con un 88 %, un porcentaje que hay que decir, ni siquiera tuvo Álvaro Uribe Vélez en su mejor momento en Colombia.

En las elecciones de este domingo, la oposición no pudo hacer nada. La ventaja fue tan arrolladora que el mismo Bukele se autoproclamó vencedor antes de dar por finalizado el escrutinio. Y así se confirma una vez más el hechizo que ejerce sobre la población de un país que bajo su mandato se ha convertido en uno de los más seguros de América, aunque en el camino muchos hayan tenido que pagar un peaje muy alto y su país esté hoy en la mira por el manejo de los derechos humanos que deja mucho que desear.

Convertido en el primer presidente que gobierna el país centroamericano por un segundo mandato consecutivo — desde que en 1983 se promulgara la actual Constitución que prohibe la reelección inmediata—, Bukele promete “seguir haciendo lo imposible para mostrarle al mundo de qué es capaz El Salvador”. Y la expectativa es grande.

Nayib Bukele despierta distintas opiniones y no deja indiferente a nadie. Muchos latinoamericanos lo adoran, algunos piensan que es un farsante, y el resto del mundo se enteró de que existía El Salvador gracias a este publicista arrojado con buena capacidad de oratoria y mucha determinación.

En 2019 ganó las presidenciales y pulverizó el sistema bipartidista que primaba hasta ese entonces. La derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y el izquierdista Frente Farabundo Martí (FMLN), el partido de la exguerrilla, se vieron sorprendidos por un joven carismático, en ese entonces tenía 37 años, que conoce muy bien cómo se mueven los hilos de la comunicación.

Las razones del éxito de Bukele son varias. La primera de ellas es que logró devolverles la seguridad a sus ciudadanos porque acabó con las pandillas que aterrorizaban el país. Estos delincuentes traficaban con drogas, extorsionaban a los comerciantes, reclutaban adolescentes y violaban niñas. Era tal el acoso que mucha gente huía desesperada fuera del país al no encontrar otra solución. Los barrios pobres estaban controlados por las famosas maras que marcaban el territorio a sangre y fuego y que decidían quién y hasta dónde podía moverse. Todo el mundo temblaba al escuchar nombres como la mara Salvatrucha o la M-18, cuya criminalidad y prácticas salvajes llegan hoy hasta Estados Unidos, pasando por Guatemala, Honduras, México y Nicaragua.

Desde marzo de 2022, el gobierno salvadoreño detuvo a más de 75.000 personas acusadas de pertenecer a estas bandas criminales. Para ello estableció un régimen de excepción que tiene un lado oscuro y es que algunos derechos constitucionales quedaron suspendidos con lo que según las denuncias se dieron detenciones arbitrarias de inocentes, abusos contra los derechos humanos, violaciones al debido proceso y torturas y muertes de algunos de los detenidos.

A pesar de lo anterior la gente en general se siente tranquila porque la seguridad regresó a la mayor parte de un país que lastimosamente tenía el mayor número de homicidios per cápita del mundo. Su tasa anual por 100.000 habitantes pasó de 106,3 en el 2015 a 2,3 en el 2023, algo realmente asombroso y que tiene todo que ver con este segundo mandato que acaba de obtener. La diferencia sin duda es abrumadora: entre vivir en un país en el que no se podía salir a la calle porque corría riesgo hasta la vida, o vivir en un país que los ciudadanos pueden disfrutar sin miedo. Algo de eso fue lo que pasó en Colombia también hace un par de décadas.

La segunda razón para entender el fenómeno Bukele es su alto índice de aprobación, que va entre 88 y 90 % según varios estudios. Transformó el país y cambió su imagen internacional haciendo uso de cuánto recurso pudo. Decidió que El Salvador fuera el primer país del mundo en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal en 2021 (aunque su uso hoy es meramente anecdótico) y consiguió la sede de Miss Universo y de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, y según la OMT se convirtió en el quinto país en aumentar el turismo (40 %).

En tercer lugar, Bukele es el rey de las redes sociales y se ha sabido rodear por un equipo mediático profesional que es capaz de escenificar con habilidad sus mensajes para hacerlo ver como el joven que rompe paradigmas. Si se piensa que la mitad de la población tiene menos de 30 años y muchos solo educación básica, se entiende no sólo su éxito sino el por qué dijo un prestigioso historiador que “Bukele representa la victoria de la comunicación sobre la política”.

Y como ultima razón para su triunfo destaca que la oposición se encuentra es un estado de absoluta debilidad y sin buenas opciones para enfrentarlo. Este domingo los candidatos de los partidos tradicionales quedaron a una distancia abismal respecto a Bukele. Cuando ya se tenía un 70 % de los resultados, se anunció que el candidato del gobernante partido Nuevas Ideas contaba con un aplastante apoyo de más de 1,6 millones de votos. Mientras que en la segunda posición, lejos muy lejos, se encontraba Manuel Flores, aspirante del FMLN, con 139.000 votos.

Bukele tendrá que enfrentarse a varios retos en los próximos 5 años. El primero de ellos, demostrar que su gobierno puede ofrecerle seguridad a la vez que derechos humanos a su gente. Y luego necesita mejorar las finanzas, porque la deuda del país asciende al 85 % del Producto Interno Bruto y la economía solo creció un 2,3 % en 2023. Un tercio de la población vive en la pobreza y aunque han alcanzado el tan anhelado sueño de sentirse seguros, ahora le van a pedir más.

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