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La nueva diáspora de colombianos

Petro prometió remplazar los ingresos del petróleo con el turismo. Lo que no sabíamos, ni el mismo, es que se trataría del ‘turismo’ a la inversa.

05 de diciembre de 2024
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  • La nueva diáspora de colombianos

El asunto de las migraciones es hoy uno de los temas que más preocupa tanto a los ciudadanos como a los estados de distintos países del mundo. Mientras unos aspiran a salir de realidades violentas o con poco futuro, otros no saben cómo manejar ordenadamente la llegada de tanto extranjero que exige unas políticas económicas y unos planes de asimilación cultural para los que pocos gobiernos están preparados.

La semana pasada supimos que el Reino Unido volverá a exigir visa a los colombianos debido a la multiplicación de peticiones falsas de asilo que no solo hace perder tiempo a las autoridades, sino que se percibe como una burla a la buena voluntad de acogida de los ingleses. La alarma la disparó el aumento de solicitudes de 16 en el año 2022 a 943 en 2023. Pero, ¿qué pensarían si conocieran las cifras de España este 2024? Los colombianos se han convertido en el segundo grupo con el mayor número de peticiones de protección, alcanzado la nada desdeñable cifra de 34.582 solicitantes a octubre de este año, solo superado por los venezolanos con 53.781, según datos de la Oficina de Asilo y Refugio.

Hay voces tanto en España como en Colombia que reconocen que este número tan alto de solicitudes de asilo obedece a que muchas personas buscan fortuna o una mejor calidad de vida y se presentan como necesitados de asilo porque creen que así será más fácil el proceso. Pero la realidad, en el caso de España, es que son tantos los inmigrantes que solicitan acogerse a esa figura, que los funcionarios encargados ya tienden a creer que las solicitudes no tienen base real.

Y como el personal no da abasto, se está incumpliendo con todos los plazos establecidos, y la media de tiempo que duran estos trámites ha pasado de los seis meses que demarca la ley a los 15 de promedio. El gran drama lo sufren personas que sí necesitan refugio y asilo porque ya no tienen país y que en muchos casos no llegan a ser aprobados o tardan años en resolverse.

Lo anterior ha dado pie para que inescrupulosos se dediquen a la compra y venta de citas que son indispensables para comenzar los trámites de asilo. Se trata de un fraude a la ley que ha sido denunciado en varias oportunidades y que pese a la actuación de las autoridades hace que muchos terminen pagando cientos de euros por un trámite que debería ser gratuito. Hay muchos casos de personas a las que después de estar tres años esperando el asilo les dicen que no, y entonces tienen que solicitar un arraigo, cosa para la que tienen que quedarse alrededor de un año indocumentados. Eso implica trabajar en un mercado de explotación de indocumentados.

Lo que parece estamos presenciando es una nueva diáspora de colombianos como la que se produjo en los años 90 cuando cientos de miles huyeron por la violencia del país, o incluso como la de los años 60 y 70 cuando se hizo famosa la expresión de irse “por el hueco” buscando el sueño americano.

Esta nueva diáspora, según muestran las cifras, se ha agudizado desde cuando el presidente Gustavo Petro asumió el poder. Mientras en 2021, 24.000 colombianos pidieron asilo en países como Estados Unidos, España, Alemania y Canadá; en el año 2022 fueron 79.000, y en 2023, se dispararon a 190.000, según datos de la OCDE. Es decir, en apenas dos años se multiplicaron por ocho las solicitudes de asilo por parte de colombianos en estos cuatro países.

En el caso de Estados Unidos, es impresionante saber que de las 320.000 solicitudes de asilo que recibió de todas las nacionalidades en 2023, 128.000 fueron de colombianos. Es decir, el 40% del total de las peticiones de protección en ese país las hicieron compatriotas nuestros.

La situación es tan dramática que en 2023 arrestaron a 170.000 colombianos por no tener documentos en Estados Unidos, un aumento desproporcionado comparado con los 6.200 que fueron detenidos por las mismas razones en 2021.

En cuanto a los datos de 2024, las cifras de las remesas enviadas a Colombia revelan que la diáspora sigue en franco crecimiento: entre 2023 y hasta octubre de 2024 aumentó un 17% el envío de dinero del exterior a nuestro país. Cada mes están aterrizando más de 1.000 millones de dólares para bombear nuestra economía.

Para hacer otra comparación, esta última cifra equivale a 4,4 billones de pesos llegando cada mes del exterior, para hacerse una idea el presupuesto de renta y de gastos de una ciudad como Bucaramanga para 2025 será de 1,6 billones.

Por primera vez los recursos que envían colombianos en la diáspora a sus familias aquí en el país están teniendo un gran impacto en la economía. Entre enero y octubre de este año llegaron 9.717 millones de dólares, incluso ocurrió un hecho histórico, las remesas sumaron más que la inversión extranjera que llegó a 9.319 millones de dólares. Y tal y como van las cosas, dicen los analistas, las remesas podrían superar en 2025 las ventas de petróleo de Colombia al extranjero.

Ironías de la vida: el presidente Gustavo Petro, con su idea de acabar con el petróleo, prometió que los ingresos que el hidrocarburo producía para el país los iba a reemplazar con la industria del turismo. Lo que no habíamos entendido es que se trataba del ‘turismo’ a la inversa.

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