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En 2020 se van a producir noticias importantes en el tema de las monedas virtuales o digitales, las llamadas criptomonedas. A las 2.700 monedas que hoy existen y que, según un documento de un grupo de investigadores del Banco de la República (Criptoactivos: análisis y revisión de la literatura), tienen una capitalización de mercado de USD284 mil millones, se van a sumar dos que van a tener la capacidad de cambiar muchas cosas del mundo financiero actual.
La primera novedad es Libra, la moneda digital de Facebook, cuya aparición se daría en junio próximo. El banco central de China, de otro lado, anunció que ya se hacen pruebas con su propia moneda digital (DC/EP) en las ciudades de Shenzhen y Suzhou. Para llevar a cabo las pruebas el banco central se alió con siete empresas estatales, cuatro bancos comerciales y tres empresas gigantes de las telecomunicaciones. El programa del banco central chino se aceleró con el anuncio de Facebook, al tiempo que otros bancos centrales, incluyendo el europeo y la Reserva Federal están considerando crear sus propias monedas para colmar el vacío en las transferencias de valor que explica la existencia de esas monedas.
Las monedas virtuales nacieron por el deseo de algunos de tener una mayor independencia con respecto al gobierno, los bancos centrales y el sistema financiero. Sin embargo, las criptomonedas que se suponen emitidas de manera descentralizada (donde cada individuo puede poner su computador a disposición de los miembros de la red para facilitar la creación de la moneda), cada vez se concentran más en unos pocos participantes y dependen en mayor medida del sistema financiero; sus fundamentos iniciales se han desdibujado.
Libra acarrea otros problemas. El primero es el tamaño potencial de usuarios de la nueva moneda atada a una red social de miles de millones de afiliados. Esto puso en alerta a los reguladores en todo el mundo, por los efectos disruptivos que puede tener sobre el comercio global, la reducción de los costos de transacción, exclusión de los bancos centrales y la posibilidad de proveer una cartera virtual a millones de personas que no tienen acceso a una cuenta bancaria. El segundo son las filtraciones de información que en el pasado ha tenido Facebook. Ante la mala reacción que causó el anuncio del lanzamiento de Libra, ha habido muchas modificaciones en el proyecto antes de lanzar la moneda este año.
Por su parte, la criptomoneda del banco central chino también genera preocupación por el tamaño del negocio que va a ser mucho más grande que el bitcoin y tendría el potencial de desafiar a las grandes monedas de reserva (dólar, euro). El otro tema es que el yuan digital, como se le ha llamado, tiene la capacidad de eludir el actual sistema bancario basado en los depósitos de sus clientes y va a propiciar que cualquier persona tenga depósitos en el banco central, con las consecuencias que eso puede tener sobre la oferta monetaria.
La llegada de nuevos protagonistas en el mundo de las criptomonedas es un gran desafío para las autoridades económicas en todo el mundo y estos lo están tomando en serio. En las monedas virtuales se está llegando a otras ligas y se necesita regulación, porque está en juego la estabilidad financiera, la política monetaria y el monopolio de creación de dinero base por los bancos centrales .