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La continuidad del megaproyecto Parques del Río, esta vez en el norte de la ciudad, zona por la que debió iniciar, tal como fue diseñado por Urbam en el Plan Bio 2030, si bien tiene pertinencia por su impacto social, ambiental, económico y reordenamiento urbano del territorio, no deja de generar polémicas, por su gran costo económico, en un momento en que la ciudad debe centrarse en programas urgentes y prioritarios como el fortalecimiento de su sistema de salud, la recuperación del tejido empresarial, la atención a la población más vulnerable y otros de los efectos nefastos de la pandemia.
La ejecución de la primera etapa de la obra, que despertó toda suerte de posiciones, a favor y en contra, por su poca influencia en la movilidad, la descontaminación del aire, la recuperación del Río y población beneficiada, tuvo un costo de $289.470 millones en su tramo 1A, y $437.424 millones en el tramo 1B. Es decir, $726.894 millones.
El proyecto total comprende la renovación de 1,6 millones de metros cuadrados, además de 19,8 kilómetros de longitud y un área de intervención de 328 hectáreas.
Parques del Río Norte, con un costo de $220.000 millones, sumará a la zona nororiental de la ciudad 300.000 metros cuadrados de espacio público, entre el puente de la Madre Laura, la carrera Carabobo, el puente de Zamora y el río Medellín.
Si bien sigue sin conocerse sus diseños definitivos, la obra debe ser un detonante para la reurbanización del nororiente de Medellín, habitado por 573.736 personas, la mayoría hacinada, cargada de necesidades, víctima de numerosas violencias y con el mayor déficit de espacio público por habitante en una ciudad, que en su conjunto, está lejos de cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 15 metros cuadrados por persona, con corte a 2019, llegaba a 3,64 % de lo sugerido por el organismo global.
Sin duda una de las grandes demandas y necesidades de las comunas es la falta de espacio público, de zonas verdes, de lugares propios, de libre acceso, de construcción de ciudadanía, zonas para practicar deportes o pasar los fines de semana en familia y en conexión con la naturaleza.
Prueba de ello es la apropiación del Parque Juanes de la Paz por los habitantes del noroccidente de Medellín, el cual se queda corto por la gran afluencia de visitantes, y los resultados de la encuesta de Percepción Ciudadana 2019, de Medellín Cómo Vamos, en la que la zona nororiental (45 %) y noroccidental (46 %) son las menos satisfechas con sus parques y áreas verdes públicas. Asimismo, los estratos 1 y 2 son los que menos conformidad tienen con este ítem con 46 % de insatisfacción, contra 37 % de estratos 3 y 4, y 29 % de los 5 y 6.
Parques del Río Norte debe ajustarse a la filosofía de recuperación del río y sus afluentes e integrarse a futuros proyectos de infraestructura, como las vías que van en su margen derecha, que harán parte de la conexión local y nacional del Aburrá; los colectores de aguas residuales, redes de alta tensión y otros planes regionales, para los que deben reservarse los espacios respectivos. No pueden repetirse yerros como los de la construcción de los deprimidos de Parques del Río Sur, en los que se invadió el espacio para el futuro tren de cercanías.
Medellín debe enfocarse en procesos de planeación estratégica de largo plazo, ejecución de obras donde y cuando realmente se necesiten; en planes orientados a movilizar a los municipios del Aburrá, habitantes e instituciones, en pro de objetivos comunes, la sostenibilidad del territorio y el bienestar general.