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La tan anunciada remodelación del Gabinete ministerial del presidente Iván Duque tuvo ayer un capítulo importante, con la entrada de representantes de los partidos de la U, Cambio Radical y el conservatismo.
Ángel Custodio Cabrera (Trabajo, de la U), Fernando Ruiz Gómez (Salud, de Cambio Radical), y Rodolfo Enrique Zea (Agricultura, del conservatismo), entran junto a Alicia Arango (que pasa de Trabajo a Interior, del partido del Gobierno) para oxigenar las relaciones del Ejecutivo con el Congreso y los partidos que, se supone, pasarían a apoyar las iniciativas gubernamentales.
El nuevo ministro de Trabajo deberá ponerse al frente de dos temas muy sensibles para los colombianos, porque afectan su bienestar presente y futuro: las reformas pensional y la laboral. Su antecesora en el cargo dio algunas puntadas sobre cuál debe ser el contenido de las reformas y advirtió que en todo caso estas serán concertadas con los trabajadores y los empresarios.
Para el caso de la pensional está la posición del Gobierno de que no se va a modificar la edad de pensión y que el régimen de prima media se va a mantener y fortalecer, reduciendo para esto los subsidios a las pensiones altas. Falta mucho trabajo todavía y es necesario afinar las propuestas y prepararlas para el debate público. Así mismo, la reforma laboral deberá modernizar la legislación y adecuarla a la evolución que se está observando en los empleos que desempeñan los colombianos.
En el caso del nuevo ministro de Salud, llega con un desafío inmediato que es la amenaza que representa para el país la expansión del coronavirus. Si bien la enfermedad no ha llegado a Suramérica, es un riesgo latente y el ministro entrante deberá evaluar medidas de urgencia, como ya se hizo en Chile. En su Ministerio ya hay programas bien definidos que hay que continuar y mejorar, como el control de precios de los medicamentos, que tanto beneficia a los hogares colombianos. Así mismo, se debe continuar con el saneamiento de las finanzas del sector salud y el mejoramiento del desempeño de las EPS, en especial en la gestión del riesgo en enfermedades de alto costo. Todo con el propósito de reducir la inequidad en salud pública y aumentar la cobertura, con un trato humanitario para los colombianos e inmigrantes más vulnerables. La atención en salud en un país tan extenso como Colombia requiere soluciones creativas como la telemedicina y la consulta remota que ya se están desarrollando, y ojalá conserven su impulso, y se fortalezcan.
El entrante ministro de Agricultura tiene el reto inmediato de impulsar las exportaciones de carne, una vez su antecesor logró que el país fuera de nuevo declarado libre de aftosa. En general el impulso a las exportaciones agropecuarias debe ser una prioridad para el nuevo ministro. Una iniciativa que debe continuar es la agricultura por contrato, porque mejora la rentabilidad de los agricultores, les permite manejar mejor sus cosechas y les reduce el riesgo en la comercialización. Este instrumento debe hacer parte de una política general que reduzca el elevado desempleo que se está presentando en ese sector de la economía. De la misma manera, deberá continuar con el impulso a la inversión en las actividades del campo. La idea ha sido que la mayor inversión eleve la productividad y mejore la inserción internacional de los productos agropecuarios colombianos.
Las movidas políticas tendrán sentido en la medida en que los programas del Gobierno avancen, o arranquen los que están estancados, y que sea en eso en lo que apliquen sus energías los ministros, y no en la rebatiña por puestos y contratos para complacer a jefes políticos en contravía de los intereses de la sociedad.