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Orgullo para Antioquia y Colombia es la inauguración hoy, por parte del presidente de la República, Iván Duque; el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, y otras personalidades, del macroproyecto Túnel de Oriente, que conectará el Área Metropolitana del Valle de Aburrá con el Valle de San Nicolás, reducirá a 18 minutos el tiempo de recorrido entre Medellín y el aeropuerto José María Córdova e impactará la competitividad y el desarrollo económico y social de la región.
La megaobra se presenta ante los colombianos como un modelo de ingeniería sostenible, de calidad e innovación, de respeto con el medio ambiente, que la hacen referente nacional e internacional. Fue ejecutada por la Concesión Túnel Aburrá-Oriente, conformada por 74 empresas antioqueñas, entre grandes como AIA arquitectos e ingenieros asociados, El Cóndor, Coninsa Ramón H, Topco, Estyma, Mincivil, Termotécnica (Grupo Ethuss), SP, medianas y pequeñas.
Su construcción no estuvo libre de dificultades. Del túnel se hablaba desde 1966, pero solo en 2008, la Gobernación acogió un plan inicial de 1997 para su ejecución. Sin embargo, rivalidades políticas y la falta de visión sobre el desarrollo regional y el tipo de obras que exigían prioridad por parte de algunos gobernantes de turno las frenaron, en particular en la anterior administración departamental. El riesgo de demandas judiciales y eventuales condenas por retrasos no atribuibles a los concesionarios, es alto. Si bien las demandas ambientales, que tardaron años en tramitarse, han sido resueltas, las patrimoniales tendrán gran complejidad.
El todo es que hoy se entregan 23,2 km de vías bidireccionales con tres túneles: Seminario, 774 metros; Santa Elena 1, 8,3 km, el más largo del continente, y otro paralelo a este, de emergencia, 8,2 km, Santa Elena 2; además de 4,5 km de vías a cielo abierto y 2,6 km entre puentes y viaductos. Sumó $1,1 billones de inversión privada, empleó a 3.300 obreros en sus picos de construcción y exigió la excavación de tres millones de metros cúbicos de tierra. La velocidad permitida en el mismo será de 60 km por hora.
Los túneles y viaductos, máximo en topografías como la nuestra, son las soluciones que se imponen en un mundo globalizado, defensor del desarrollo sostenible, altamente competitivo y en el que los retrasos y costos en el transporte de mercancías y pasajeros se tasa en millones de dólares y el fracaso de unas sociedades frente a otras.
Este sueño de décadas es un paso de avanzada en la unión, por túneles y viaductos, de los tres pisos térmicos del centro de Antioquia: río Cauca (Santa Fe de Antioquia), Aburrá y San Nicolás.
El túnel de Oriente es complementario de las vías 4G, revolución vial nacional, que en Antioquia, por concesiones, con una inversión de $16,7 billones, interviene o construye 1.180 km de vías, algunas en doble calzada, con 74 km de túneles; y genera 28.000 empleos.
Vivir la experiencia de conducir dentro de un túnel de 8,3 km, bidireccional, que no admite ningún tipo de adelanto, a una velocidad constante de 60 km/h, generará estrés entre los conductores locales que no están acostumbrados a estas experiencias, por lo cual deben multiplicarse los controles de seguridad.
Queda abierta la discusión sobre la circulación de motociclistas. Será un asunto que, al final, deberá ser resuelto por los tribunales.
Las obras del túnel de Oriente no terminan con esta inauguración. Compartimos la posición del gobernador Pérez Gutiérrez, quien puso todo su empeño en la ejecución de la conexión, de ampliar la concesión a fin de que se habilite el túnel Santa Elena 2, de “emergencia”, para convertirlo en un segundo tramo vial que garantice una doble calzada subterránea al aeropuerto. En Medellín y Rionegro se avanza en obras viales, de gran significación y costos, que deben agilizarse para facilitar el acceso a las bocas del megatramo.