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Por el estilo del debate, fue notorio que las diferencias entre los candidatos son pocas. Hay algunas un poco acentuadas entre Juan Felipe Palau y el resto. Pero incluso en los temas gruesos no es amplia.
Entre los que están arriba (en las encuestas), que asistieron al debate, las posiciones en general sobre muchos temas que tienen que ver con políticas y programas de la administración actual están muy alineadas, en el diagnóstico de la situación del departamento y en las medidas que deben tomarse con el Gobierno Nacional: en gestión de recursos para grandes obras de infraestructura, asuntos relacionados con desarrollo y equidad, en la relación centros urbanos y zonas rurales.
Realmente no hay muchas distancias programáticas.
Segunda impresión: en estilos políticos sí hubo líneas diferenciales. Algunos le apostaban a picar en punta a partir de la ausencia de un candidato. Remarcando diferencias con ese candidato (Juan Camilo Restrepo y Mauricio Tobón). Pegado de ellos, algo a la sombra, estaba Andrés Guerra. Se reforzó el reclamo por la ausencia del candidato (Aníbal) Gaviria. Los que van atrás en preferencias apelaron a posiciones más radicales.
Hay dos talantes: unos, en la intención de posicionarse, pero dejan dudas sobre la viabilidad de sus propuestas. Los costos financieros se interponen entre deseo y realidades. Los otros, arriba, aunque sin mucho fogueo político, se saben mover en los debates y tienen propuestas más confiables, creería, con menos riesgo de fracasar ante los retos administrativos de Antioquia.
