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En Colombia y en el mundo la mujer está revestida de una especial protección constitucional y legal. En el 2008 el legislador determinó, a través de la Ley 1257, que se proscribe toda acción de violencia contra la mujer.
Esta agresión (ocurrida en Medellín el pasado 20 de julio) es un hecho inaceptable, en donde un sujeto -supuestamente amparado por el ejercicio de un derecho constitucional, cual es el de la manifestación pública pacífica- ataca por la espalda, de manera violenta, cobarde y traicionera, a una mujer policía. Por eso hoy como comandante tengo la sensibilidad de un padre. De manera inexplicable nos atacan a una de nuestras funcionarias que hace parte de nuestro equipo de trabajo.
Por eso vamos a aplicar todas nuestras capacidades como Policía Nacional. De manera especial, quiero convocar la solidaridad del pueblo paisa para que nos suministre información que nos permita individualizar e identificar a esta persona y llevarla a las autoridades judiciales. Hay una recompensa de hasta 10 millones de pesos, pero más que la recompensa, yo quiero convocar es a la solidaridad.
Esta agresión fue contra una mujer que está prestando un servicio a la ciudadanía, cuidando a los colombianos
