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Felicito a Medellín y Antioquia porque este evento les permite seguir mostrándose a nivel internacional y pone temas urbanos: crear conciencia sobre algo que aún no está muy claro, aunque pareciera que sí: cómo deben ser nuestras ciudades. Una ciudad es solo un medio para escoger una manera de vivir, qué tipo de urbanismo nos hace felices.
Uno de los factores más importantes de competitividad a nivel mundial es la calidad urbana. Eso atrae. La bicicleta es una de esas patas de la nueva visión de las ciudades. En el siglo XX las ciudades se hicieron para los carros, y hoy vemos que “metimos la pata” y que deben ser para la gente. Montar en bicicleta es para “caminar” la ciudad un poco más eficiente y divertido.
La bicicleta es un elemento de ciudad igualitaria. Los carros segmentan por niveles de ingreso. Las bicicletas sirven para encontrarnos como iguales. Algún día veremos las ciclorrutas no solo como un detalle arquitectónico simpático sino como un derecho.
Cada vez la bicicleta es más importante: en París hace 40 años no había bicicletas. Hoy la meta es que en menos de diez años el 20% de la gente viaje en bicicleta. Y es la tendencia en Nueva York, Londres, Tokio. Si Medellín llega al 15% sería una revolución, en una ciudad más sostenible.