Se espera que la sonda japonesa Hayabusa2, que este jueves en la mañana (hora japonesa) logró posarse con éxito de forma breve en un lejano asteroide, regrese a la Tierra en 2020 con información clave sobre el origen del Sistema Solar y los océanos terrestres.
La delicada misión iniciada a finales de 2014 está en su punto culminante. “El aterrizaje es un éxito”, declaró a los periodistas Takashi Kubota, director de investigación de este programa de la Agencia de Exploración Espacial Japonesa (Jaxa).
La noticia fue recibida con los aplausos y los rostros de felicidad de los técnicos, que se levantaron en la sala de control para expresar su júbilo.
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Un poco antes, un portavoz de la Jaxa, Takayuki Tomboe, había explicado a la AFP que los datos mostraban que la sonda se había posado aparentemente pero que había que confirmar el éxito de la misión, lo que ocurrió unos instantes después.
De este modo, Hayabusa2 se posó por segunda vez sobre Ryugu, el cuerpo celeste en torno al cual giraba desde hacía meses. En esta ocasión, la sonda debía recoger muestras de polvo de su subsuelo.
“Creemos que la sonda recogió algo, pero no podemos decirlo con certeza hasta que la cápsula de la sonda no haya vuelto a la Tierra”, precisó Kubota.
El dispositvo, que en general se encuentra orbitando a una veintena de kilómetros del asteroide, empezó su descenso el miércoles.
Hayabusa2 tuvo un primer contacto fugaz con el asteroide en febrero, para recoger polvo de su superficie.
Meses después, en abril, la sonda lanzó un “impactador” que, al provocar una explosión cerca del asteroide, generó un gran cráter. Supuestamente, Hayabusa2 se posó en ese cráter el jueves.