Luego de tres años y medio de viaje por el espacio, la sonsa japonesa Hayabusa 2 llegó a su destino, el asteroide Ryugu, iniciando así el estudio de este objeto del Sistema Solar que la llevará a practicar una complicada maniobra.
En el estudio del asteroide permanecerá todo este tiempo y elegirá además el mejor lugar para descender. El descenso lo realizará un pequeño módulo, Mascot-1 con 3 pequeños vehículos, Minerva-II.
El aterrizaje se realizará en cualquier momento entre septiembre próximo y julio de 2019
La sonda aterrizará en Ryugu, tomará muestras y en 2020 partirá de regreso a la Tierra con ellas, para ser analizadas por científicos.
Al acercarse, la sonda mostró rasgos interesantes del asteroide, como una masa rocosa de 150 metros, un cinturón de picos y algunas depresiones, seguramente producto de colisiones con otros cuerpos. Este cuerpo mide unos 535 metros de longitud.
Hayabusa 2 es la sucesora de Hayabusa, que visitó el asteroide Itokawa en 2005 y regresó con muestras.
Mientras este cuerpo es del tipo S, rico en silicio, Ryugu es un asteroide tipo C, que contiene material mucho más antiguo.
La sonda se ha situado a unos 20 kilómetros sobre la superficie de esta roca espacial.
Para llegar hasta ella Hayabusa 2 recorrió 3.200 millones de kilómetros. Ryugu se encuentra entre la Tierra y Marte. El largo recorrido se debe a la trayectoria que se elige para recibir asistencia gravitacional (empuje) de grandes cuerpos.
El año entrante, la sonda lanzará un proyectil sobre el asteroide, con velocidad de 2.000 metros por segundo, para que impacte mientras sus cámaras toman imágenes. La idea es estudiar cómo se forman cráteres en esta clase de objetos.
En estos momentos también otra sonda, Osiris-Rex, de la Nasa, está en camino hacia otro asteroide, Bennu, en el que también recogerá muestras para traerlas a la Tierra.