Ver una película o descargar una temporada completa de la serie favorita en el celular era casi impensado hace una década. Menos, subir historias en tiempo real sobre un acontecimiento importante o transmitir las incidencias de un evento deportivo o musical con poco más que un teléfono móvil y un buen plan de datos.
La tecnología nos transformó la forma de interactuar y la generación millennial, término para referirse a los nacidos entre 1981 y 1996, fue juez y parte del cambio, tanto así que refranes como “uno no se baña dos veces en el mismo río” han quedado en el pasado para darle paso a frases como “Uno nunca se toma dos veces la misma selfie”.
Y es que hace 10 años los celulares solo tenían una cámara (trasera), ahora los teléfonos inteligentes vienen hasta con 5 cámaras. Por algo, en 2013 el Diccionario Oxford escogido como palabra del año: selfie.
En la última década los millennial también se transformaron, ni mejores ni peores: diferentes. Así describe a este grupo el psicólogo y magíster en Lingüística, Ricardo Andrade, al explicar las características que hacen de esta generación un grupo de personas para las que el mundo ya está a la vuelta de la esquina y que son más propensas al cambio.
El catedrático, adscrito a la Universidad San Buenaventura, menciona aspectos claves de esa generación que se vio impactada por la masificación de los grandes medios de comunicación, por la popularización de internet y sobre todo por la modernización de los teléfonos móviles:
“Esta generación tiene una relación diferente con el tiempo, es una cultura más inmediata. Nosotros por ejemplo teníamos que esperar ocho días a que revelaran unas fotos ahora aparecen de manera instantánea y son editables. Es una generación un poco más tendiente a los resultados rápidos”.
Además, sigue el docente investigador, los millennials son una generación global con una concepción del mundo mucho más abierta que generaciones anteriores. Mandan mensajes al otro lado del mundo y se responden de manera inmediata.
Para eso fue clave la evolución de los teléfonos móviles que pasaron de ser un lujo a principios de la década del 2000, al que pocos tenían acceso, a un elemento necesario para entablar relaciones personales, registrar la cotidianidad o hacer trámites engorrosos que antes suponían largas filas.