Pico y Placa Medellín

viernes

no 

no

Pico y Placa Medellín

jueves

no 

no

Pico y Placa Medellín

miercoles

no 

no

Pico y Placa Medellín

martes

no  

no

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

no aplica  

language COL arrow_drop_down

¿Actividades extracurriculares? Permita que su hijo las elija

No es cantidad sino calidad lo que debe primar en la elección de las actividades extracurriculares de niños.

  • La elección de la actividad extraclase debe responder a los gustos de los niños luego de explorar varias alternativas. No debe ser una imposición de los padres. No deben ser muchas. FOTOs archivo
    La elección de la actividad extraclase debe responder a los gustos de los niños luego de explorar varias alternativas. No debe ser una imposición de los padres. No deben ser muchas. FOTOs archivo
  • ¿Actividades extracurriculares? Permita que su hijo las elija
  • ¿Actividades extracurriculares? Permita que su hijo las elija
23 de julio de 2016
bookmark

La frase popular dice que “ni tanto que queme al santo, ni tampoco que no lo alumbre”. La usan especialmente las personas adultas y resume muy bien el consejo que los expertos en educación y crianza de niños y jóvenes le dan a los padres con relación al desarrollo de actividades extracurriculares.

Hoy es común encontrar una amplia oferta de propuestas que los muchachos desarrollan fuera de su horario de clases y que no corresponden a un programa académico, aunque sí les ayudan en la gran mayoría de los casos a descubrir, potenciar y fortalecer aptitudes y actitudes que son necesarias para su buen desarrollo escolar, y en general para su funcionamiento como seres sociales.

Deportes, actividades recreativas, desarrollo lúdico y acercamientos a diferentes áreas del conocimiento hacen parte de esa oferta que pretende brindar a los niños y jóvenes una oportunidad de ocupar sus ratos libres.

De acuerdo con lo señalado por las sicólogas María Faber Rodríguez, Emilia Mellinas Mellinas y Leticia García Ferrero, en un estudio publicado por la revista Fundamentos de Psicología, las actividades extracurriculares, o actividades extraescolares “pueden convertirse en un gran suplemento para aprender a desenvolverse en otros ámbitos que no se estudian en el colegio o que si bien se estudian sirven de refuerzo.

Aunque no sólo es una forma de entretenimiento y de aprendizaje para los niños, es una ventaja para los padres que tienen jornadas laborales intensas y les falta tiempo para su hijo”.

María Eugenia Bustamante, sicóloga y docente del área en la Universidad San Buenaventura, advierte que en la actualidad los padres están tendiendo al exceso en el desarrollo de este tipo de planes, que no es propiciado por los muchachos. “Los padres buscan un quehacer pedagógico, artístico, cultural, deportivo para el niño, porque eso los tranquiliza para desarrollar sus propias y múltiples actividades”.

Para la profesional no es malo que el chico tenga varias cosas para hacer, más las tareas del colegio que se hacen en la casa.

Sin embargo, añade que tanto las unas como las otras deben tener una planeación y unos objetivos de aprendizaje muy claros.

Hacer un plan

El hecho de que este tipo de momentos en que los niños tienen fuera de su jornada académica sea benéfico en su desarrollo físico y sicológico, no significa que deban llevarse a cabo sin ningún tipo de estrategia. Estos no son espacios para que los padres vayan a descargar a sus hijos para que se los cuiden y ellos puedan desarrollar de manera tranquila sus actividades laborales o sociales sin complejo de culpa por no tener tiempo para ellos.

Esa planeación y la búsqueda de objetivos primarios y secundarios que beneficien al infante parte, primero, por la edad del niño.

Por ejemplo, cuando se trata de pequeños que están en la primera infancia y en su período preescolar, la idea de las extraclase es que desarrollen en ellas habilidades sociales orientadas al respeto por la otra persona y a compartir diferentes espacios.

Este es un momento, explica María Eugenia Bustamante, en la que el niño debe explorar muchas actividades para aprender a identificar aquellas con las que se siente más a gusto y en las que encuentra mayor habilidad, destreza y empatía.

Es importante, añade la docente de la Universidad de San Buenaventura, que la elección de las distintas actividades que los chicos desarrollarán como complemento a sus clases en el colegio no partan de lo que los padres desean. “Al papá le parece rico tener un hijo que toque un instrumento, que sea pianista, por ejemplo, pero al niño no le gusta. Ahí lo que va a lograr es que se genere una frustración muy grande para el futuro”.

La elección de esas actividades tampoco puede hacerse a partir de la satisfacción de los egos de los padres. “Para ellos es muy gratificante decir mi hijo, o mi hija es bailarina de ballet, cuando el niño o la niña lo está haciendo con un absoluto sacrificio, porque ahí se mueven unas fibras afectivas, y el pequeño busca la aceptación de sus padres dándoles gusto”.

Añade la especialista que cuando se analiza el comportamiento de dos chicos, uno que tiene la oportunidad, o que opta por el desarrollo de actividades extracurriculares, frente a otro que no lo hace, el primero muestra un desarrollo más fuerte de sus habilidades, aptitudes, actitudes y destrezas, “se mueve mejor en el medio social, se vincula mejor a unas relaciones sociales y posteriormente a unas relaciones afectivas de una manera mucho más adecuada”.

Tiempo al tiempo

Una vez se ha definido el tipo de actividades extracurriculares en las que se va a explorar o desarrollarse el niño, es importante tener en cuenta la intensidad también de esas jornadas y la periodicidad de las mismas.

No sobra recordar, que además de esta serie de momentos que el niño ha decidido tener, también debe cumplir con la jornada académica en sus clases cotidianas, y debe tener espacio para realizar las tareas que le pongan en la escuela.

Lo primero que debe tenerse en cuenta es la forma como el niño responde en términos de tiempo. Hay pequeños con más destrezas y son más rápidos. Otros manejan esas habilidades en tiempos más prolongados.

El mismo muchacho debe ser capaz de determinar si los momentos extracurriculares que ha seleccionado le brindan tiempo suficiente para cumplir con sus responsabilidades académicas.

De igual manera, propone María Eugenia Bustamante, la dosificación de los horarios. Si un niño toma clases de piano, y también está en una escuela deportiva, pues la propuesta puede ser que esas clases de música las tome dos días a la semana, y la iniciación o la práctica del deporte se haga durante los fines de semanas, para evitar agobiarlo todos los días con dos ocupaciones diferentes.

Determinar el equilibrio

Existe lo que se podría denominar como unas alertas tempranas que le indican a los padres en qué momento se están excediendo con el número y la cantidad de tiempo que sus hijos dedican a desarrollar tareas y eventos extraclases.

El primero es cuando les cuesta levantarse en las mañanas para asistir al colegio de manera reiterada. Otro es si comienzan a presentar un bajo rendimiento académico, expresado en notas bajas que antes no tenían, y el faltar con las tareas propias de sus jornadas escolares.

Síntomas como dolores de cabeza, estómago o dolencias que antes no se presentaban y que pueden ser fruto del estrés ocasionado por verse agobiados con el tiempo.

De igual manera la irritabilidad o el llanto ante la propuesta o el desarrollo de alguna actividad extracurricular.

No hacer nada, no es malo

Muchas veces la cantidad de actividades que los padres quieren que sus hijos desarrollen se debe a un temor ante el ocio. No resisten ver que su hijo no haga nada.

Sin embargo, los especialistas rescatan esos tiempos muertos en los que supuestamente un chico no está desarrollando ninguna actividad que los adultos consideren productiva.

Viviana Castañeda expresa que el ocio es importante en la evolución de los niños y jóvenes porque muchas veces les permiten la creatividad para inventarse sus propias ocupaciones y la interacción con otros pares no necesariamente alrededor de una acción impuesta por sus padres o recomendada.

De la misma manera aprenden algo tan importante como identificar el derecho a tener una recompensa o gratificación: “Después de la responsabilidad pueden tener un momento de descanso merecido”.

Este es un espacio que el sujeto se da para descansar. El problema es cuando siempre quieren no hacer nada, porque allí lo que se pueden encontrar son algunas fobias o miedos a la interacción social, al rechazo, o al no hacer las cosas bien, como otros esperan.

Por eso, todo en su justa medida, dosificado y con objetivos claros y descubriendo el deseo del otro. Se llama equilibrio.

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto
Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD