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Clemencia duró siete años entrando y saliendo del grupo de Alcohólicos Anónimos que tiene su sede en Vizcaya, El Poblado. Dice que se paró en el punto más extremo varias veces, el de la negación total. No creía que la dependencia que tenía por el alcohol, y las secuelas que traía a su vida, fueran realmente una enfermedad.
Dice que fue gracias a sus compañeros, quienes se reunían antes de la pandemia todos los días de lunes a sábado, que fue cayendo en cuenta de lo que era verdaderamente el alcoholismo. No es un camino fácil y tras una recaída, “cada vez que uno llegaba con ese sufrimiento, cuando estaba en lo mínimo, aplastado, ahí estaban los compañeros para acogerlo a uno”, cuenta Clemencia, quien logró recuperarse.
El grupo que la acogió cumple 42 años y es apenas uno de los más de 140 que hay en el Valle de Aburrá, van desde Barbosa hasta La Estrella. En 1962, el 8 de diciembre, se abrió la oficina central Intergrupos de Alcohólicos Anónimos en Medellín, esta entidad también estuvo de aniversario esta semana.
Como una celebración de esta labor, el 10 y 11 de diciembre el grupo tendrá varios eventos (ver Para saber más). Las reuniones de esta semana tienen el propósito de brindar información acerca de lo que es el alcoholismo, tanto como para quienes lo padecen, como para familiares o allegados a una persona afectada por este problema.
“El 75% de las personas que llegan a Alcohólicos Anónimos es porque una persona no alcohólica les pasó el mensaje”, cuenta Juan Gonzalo P., quien pertenece al grupo desde hace 23 años y sigue allí. Con ese comentario, Juan Gonzalo hace énfasis en que las reuniones están abiertas a todo el que quiera participar.
Aclara que reserva su apellido, pues precisamente el anonimato es uno de los principios que más se respeta entre el grupo.
El servicio, ante todo
Este año, la labor continua entre los miembros no se frenó por la pandemia. Ahora tienen dos reuniones al día: una al medio día y otra en la noche, solo que ahora a través de pantallas.
Actualmente en ese grupo participan unas 60 personas, pero Juan Gonzalo asegura que a través de esas cuatro décadas, no le da miedo asegurar que han pasado por allí miles de personas, hay altas rotaciones.
Clemencia ahora está sirviendo a otros junto a su esposo, a quien conoció dentro de ese grupo. Siempre le llamó la atención que la recibieran con puertas abiertas y por eso trata de hacer lo mismo por otros.
Juan Gonzalo recalca que espacios como ese, donde se desarrolla un proceso de 12 pasos para la recuperación, son parte de la solución a tragedias de todo tipo: familiares, laborales, sociales, económicos. “El alcoholismo invade cualquier género, edad, profesión, oficio o condición económico” y siente que la recuperación no es solo de quien está afectado por la enfermedad, sino a todo el círculo de personas a su alrededor.
Con mucho respeto y desde el anonimato, invitan a quien quiera y a quien lo necesite a unirse a estas reuniones de celebración. Si usted desea acercarse a uno de estos grupos en el Valle de Aburrá puede ingresar a www.intergruposmedellinaa.org o llamar a la línea 4484390, habilitada las 24 horas del día.