viernes
7 y 9
7 y 9
Es un elemento estructural que hace parte de la seguridad pasiva del vehículo. La característica principal de la seguridad pasiva es reducir los daños o lesiones que se puedan generar a causa de un siniestro. La absorción de un impacto se genera a partir de las deformaciones que se produzcan para evitar que se afecte la célula central o habitáculo de pasajeros, mitigando las lesiones graves o mortales tras un accidente automovilístico.
La carrocería de un vehículo moderno se construye con una serie de exigencias en las que las propiedades mecánicas del material deben garantizar la resistencia sin perder la ligereza. Esto es toda una ciencia porque, a parte de pesar poco, debe ser rígida y deformable aunque suene a contradicción, pero ese es el reto de los fabricantes para pasar las pruebas de choque que homologan su seguridad.
Según el Centro para la Experimentación Vial y Seguridad, Cesvi, un organismo que realiza pruebas de impacto para medir el índice de reparabilidad de un automóvil en Colombia, cumplir estas exigencias es posible si se usan aceros de alto limite elástico (ALE), de ultra alto limite elástico (UALE), aceros al boro, acero doble fase y si se implementa el uso del aluminio y fibra de carbono, como se hace en los autos de alta gama.
La carrocería típica de un automóvil puede seccionarse en tres partes: una primera, que es la que aloja los elementos mecánicos. La sección central recibe a los ocupantes y técnicamente se denomina “célula de seguridad”.
Por último está la zona trasera o área de carga para el equipaje. La sección delantera y trasera son las que se tienen previstas para la deformación programada de la carrocería en caso de un impacto y así evitar que se alcance a afectar la célula de seguridad. En estas zonas se pueden encontrar diversos elementos que contribuyen a la absorción de energía tras un golpe, como los aceros de mayor o menor resistencia.
Para lograr este cometido los fabricantes utilizan diversas geometrías o cambios de sección con el propósito de disipar energía. El ejemplo más claro es que el comportamiento de una estructura completamente recta no es igual a una estructura con cambios de geometría o zonas con curvaturas, como se ve en los autos hoy en día.
En la construcción del armazón se suelen emplear los denominados “concentradores de esfuerzo”, que son orificios o agujeros que disipan la energía y la redireccionan a otras zonas adyacentes a la estructura. Cuando el impacto es lateral, la energía debe ser trasmitida a zonas circundantes, para evitar que se prolongue a la estructural del habitáculo de pasajeros.
La estructura denominada “soporte de paragolpes” está adecuada en la sección delantera y trasera, con un diseño y características en las que se integran variedad de materiales, zonas deformables y tipos de unión específicos que mitigan la energía antes que se prolongue hacia la carrocería. Por eso es que en los accidentes, incluso leves, se ven muchas piezas desprendidas y deformadas, pero la cabina permanece intacta. Estos elementos se “chupan” la energía del golpe y no permiten que los pasajeros se afecten.
Con lo anteriormente mencionado, es claro que la carrocería es un conjunto de elementos que definen y brindan la seguridad a los ocupantes con un adecuado diseño, acompañado de los materiales idóneos para garantizar la rigidez y la absorción de energía frente al impacto y junto con estructuras adicionales que permiten mitigar la energía producida por la colisión, reduciendo la tasa de mortandad por siniestros y el índice de lesionados.