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Hace 10 años ir de tenis a trabajar no era una práctica común. Casi imposible. Menos usarlos para una cena elegante o que una novia se levantara el vestido y ahí estuvieran unos Converse amarillos. Antes no, pero ahora sí.
El director del Design Museum de Londres, Deyan Sudjic, escribió en el prólogo del libro 50 zapatos que cambiaron el mundo de 2009, que es notable la rapidez con la que estos zapatos ha evolucionado en las últimas décadas. “Los tenis o zapatillas deportivas han transformado lo que entendemos como calzado diario, creando una clara barrera entre generaciones”.
La periodista Margarita Rivière cuenta en el libro Historia informal de la moda que el zapato, tal y como se conoce hoy (cobertura exclusiva del pie), es un invento del siglo XX, tanto para hombres y mujeres, y esta costumbre va sin duda ligada a las características y condiciones de las ciudades.
Los primeros zapatos deportivos, según Deyan Sudjic, fueron usados por las clases trabajadoras británicas durante sus vacaciones junto al mar. “Las primeras manifestaciones tenían suelas de cuero y parte superior de lona”. La versión con suela de goma apareció en la década de 1830, producida por una compañía de caucho de Liverpool, precisa la publicación.
Sobre la popularidad de los tenis, la historia se remonta a la practica deportiva. En los primeros juegos Olímpicos (1896) no había calzado funcional para las justas ni mucho menos un zapato especial para cada deporte.
Aunque los registros de libros y museos del calzado indican que los primeros diseños de zapatillas deportivas datan de 1895, no fue hasta los Olímpicos de París en 1924 que el tema tuvo fuerza. “El que absorbe los golpes y es amable con el césped, se convirtió rápidamente en favorito y fue ampliamente adoptado por los atletas en los Juegos Olímpicos de París de 1924”, explican desde el Design Museum.
La primera marca popular de tenis fueron los Ked en 1917, luego los Converse, según Linda O’Keeffe en su libro Zapatos. Lo de los All Star (converse) se difundieron años después gracias al contrato que hizo la empresa con el basquetbolista Charles “Chuck” H. Taylor. Después pasaron a usarlo los músicos en sus conciertos combinándolos con jeans rotos.
Y cada vez ha llegado a más espacios. “Esta pieza se ha alejado del campo de baloncesto y ahora es uno de los ejemplos más icónicos y versátiles del diseño de calzado del siglo XX. El rock y el grunge ya no tienen un monopolio, ya sea usado con jeans o trajes, el estado del zapato trasciende las categorías y los géneros de la moda”, indica por su parte el Design Museum.
En 2006, cuenta Angela Useche, investigadora en el tema del calzado y directora de la Red de Conceptos de Moda Acicam, Karl Lagerfeld los incluyó en un desfile con ropa formal, mas fue en 2014, en otra pasarela del gran modisto alemán, que se validó el uso de los tenis para vestidos de noche y la tendencia continuó en crecimiento.
Las marcas, tradicionalmente deportivas, se dieron cuenta de este fenómeno y comenzaron a sacar líneas para que los tenis hicieran parte del día a día. “Desde hace varios años incluimos en nuestra colección diseños más casuales, todavía tenemos siluetas que se inspiran en las clásicas, pero la moda cambia mucho y no se puede estar por fuera de las tendencias”, explica María Fernanda Jiménez, gerente de mercadeo de New Balance.
Y así pasa con otras como Puma, Rebook, Nike y Adidas, quienes diversificaron su propuesta, más las grandes casas de diseño como Gucci, Channel y Valenciaga, que los incorporaron en su propuesta formal.
Useche cuenta que para este 2019 y 2020 hay una gran influencia del deporte en todo tipo de calzado, “zapatos que tendrán detalles del universo deportivo como argollas y pasa-cordones tanto plásticos como metálicos. Suelas de apariencia deportiva y especialmente gruesas”.
Los tenis, su inspiración y estilo, están de moda, y seguirán vigentes porque la comodidad encantó a muchos