Es natural que las personas sientan temor a usar químicos o productos cancerígenos, pero la sola exposición no significa que vayan a padecer cáncer. De hecho, cada día, en el hogar, en el trabajo o en la calle interactuamos con cientos de agentes que pueden originar esta enfermedad. Lo fundamental es conocer los riesgos, atender recomendaciones médicas y protegerse, sobre todo en algunos espacios laborales.
“Hay múltiples sustancias que pueden dar cáncer, pero depende mucho del riesgo que tendrá la persona”, explica el médico toxicólogo, Joaquín López Lara, coordinador del servicio de toxicología del Hospital Pablo Tobón Uribe.
De acuerdo con el toxicólogo, el riesgo se refiere a las situaciones específicas de la vida cotidiana que implican exposiciones prolongadas a sustancias químicas, como en algunos ambientes laborales en que la evidencia científica sí ha determinado que partículas concentradas en el humo —como el plomo, los solventes, los metales y los alquitranes—, el asbesto o los pesticidas, entre otros, aumentan la posibilidad de desarrollar algún tipo de cáncer.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el cáncer atribuible a exposiciones ocupacionales causa cerca de 200 mil muertes por año en el mundo, por lo que se considera un problema de salud pública.
Sin embargo, desde la evidencia científica atribuir el cáncer a la sola exposición resulta complejo, pues puede asociarse a factores como los estilos de vida de cada individuo.
“El desarrollo de cáncer puede ser un asunto multifactorial. Darle el peso a una sola exposición es difícil y hasta riesgoso», señala el médico internista y oncólogo de la Clínica Las Américas, Diego Mauricio González Ramírez.
Otro aspecto que incide es el tiempo de exposición a las sustancias químicas.
“Cuando hablamos de cáncer por sustancias ocupacionales no nos referimos a una enfermedad que se produzca de inmediato (...) hay que estar expuestos durante un período prolongado para provocar daño a nivel de las células y el código genético, e inducir al cáncer”, aclara López Lara.
Según el especialista, una ventaja para quienes buscan evidencia científica al respecto es que la toxicología ocupacional viene avanzando y cada vez se han podido probar más riesgos asociados a sustancias cancerígenas que antes no se conocían.