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Niños en cuarentena, algo no anda bien

El confinamiento trae retos en cuanto a la salud física y mental de los pequeños. Señales ante las que se debe estar alerta.

  • La ansiedad y la depresión infantil se han disparado durante el confinamiento. FOTO camilo suárez
    La ansiedad y la depresión infantil se han disparado durante el confinamiento. FOTO camilo suárez
16 de octubre de 2020
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La pandemia nos tomó por sorpresa e hizo que sobre la marcha se tuvieran que desarrollar una cantidad de cambios de vida que han revolucionado nuestra cotidianidad.

Los niños lo han vivido en forma drástica y aunque su plasticidad y capacidad de adaptación facilitan que se adapten a las nuevas condiciones, no todo se desarrolla tan positivamente como desearíamos.

Según el psiquiatra infantil y juvenil Juan David Palacio Ortiz, durante esta época de cuarentena se ha notado un aumento en los casos de depresión infantil, ansiedad, los comportamientos disruptivos (malhumorados, respondones, agresivos), cambios en los patrones de sueño y en la ingesta de alimentos, comportamientos obsesivo compulsivos frente a la limpieza, desmotivación por el estudio, adicciones a videojuegos y en preadolescentes y adolescentes, además, desmotivación por vivir e intentos suicidas.

Pros y contras

Álvaro Jiménez Patiño, pediatra del programa Bebé Canguro de Sura, afirma que el lado positivo del confinamiento se ha visto en los niños de hasta dos años. El estar todo el tiempo con los padres significa un mejor desarrollo físico, mental, motriz, entre otros. Por otro lado, se ha favorecido la lactancia materna y se han disminuido los casos de infecciones respiratorias, tan frecuentes en niños en guardería.

Patiño señala además, que los problemas comienzan a evidenciarse a partir de los dos años. La Covid-19 sorprendió al mundo y al sistema educativo, que al convertirse en virtual o mixto, presenta una serie de retos como el de la enseñanza a la primera infancia. Un niño de cinco años tiene una concentración máxima de cinco minutos por lo que una mañana entera frente al computador no es viable, ni tampoco deseable. En general, las asociaciones pediátricas y La Academia Americana de Pediatría (APP) desaconsejan el uso de dispositivos electrónicos en menores de dos años; los niños de tres a cinco años pueden utilizar el celular y las pantallas interactivas máximo una hora al día; mientras que los de seis a 18 años no deben utilizarlas más de dos horas.

Las razones por las que se desaconseja que los niños usen estas tecnologías son muchas. Por un lado, el juego físico es fundamental para su desarrollo cerebral, motriz, muscular, de socialización e interacción; los niños sedentarios presentan frecuentemente obesidad, desacondicionamiento físico y con solo cinco días de quietud comienzan a perder masa muscular. Por otro lado, el ojo de un pequeño de cinco años todavía está en formación y la exposición a pantallas genera problemas de refracción que pueden quedar para toda la vida.

Algunos otros problemas asociados al confinamiento tienen que ver con trastornos de sueño y carencia de vitamina D en los pequeños. La recomendación a los padres es estar atentos a las señales, a los cambios en el comportamiento y consultar si es necesario.

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