A lo mejor más de una vez le ha sucedido: arma una tanda de buñuelos y cuando los pone a freír en el aceite caliente ve que se comienzan a explotar, se deforman, quedan chuecos, no son esos buñuelos redondos que armó en un principio.
Detrás de esta anomalía culinaria hay una respuesta científica que se aproxima a la explicación del porqué se presenta esta reacción al momento de la cocción en este alimento, que por estas fechas alegra tantos paladares.
José David Ruiz, profesor de Física de la Universidad de Antioquia, dice que de fondo la causa por la que se genera la explosión radica en la receta de los buñuelos. Es decir, cuando la mezcla no queda bien homogénea (composición uniforme de las partes líquida y sólida) pueden quedar burbujas líquidas dentro del sólido.
“Cuando se echan a freír, esas burbujas se evaporan y crea dentro del buñuelo como una olla a presión, si la burbuja es lo suficientemente grande en algún momento va a estallar”, explica el docente.
Agrega que cuando el líquido se evapora, los buñuelos crecen en su volumen (aumentan el tamaño). En otras palabras: si antes el líquido ocupaba una gota muy pequeña, al evaporarse el buñuelo expande su tamaño y, por eso, tiende a generar la reacción de explosión.
Ruiz reitera que lo más importante para que esto no ocurra es que la mezcla quede muy homogénea. Esto quiere decir que el líquido se distribuya muy bien entre toda la mezcla para evitar la aparición de las burbujas dentro de la masa, situación que también se presenta en otras recetas como las carimañolas.
“Este proceso se puede comprar con el de las crispetas, que vienen como en una especie de estuche duro (el maíz) y cuando se ponen a calentar lo de adentro genera gases y se expande llegando a un punto en que es tanta la presión interna que el estuche se revienta”.