Aunque geográficamente a Medellín y Vietnam los separan 17.900 kilómetros, las gastronomías de ambos territorios podrían tener algunos puntos en común. Así lo sugieren Rodrigo Isaza, del restaurante Paralelo 17, y el cocinero de Halong Juan Pablo Vásquez. Se cocina con lo que da la tierra.
Paralelo 17, Halong y Lemoncillo ofrecen comida vietnamita en Medellín y Envigado. Por sus preparaciones, por los ingredientes que usan en ellas o quizá, solo por su inspiración o influencia, se han autodenominado restaurantes con platos del país de la península Indochina.
Halong, como idea, surgió hace tres años, pero apenas hace uno que abrieron en El Poblado. “Sí, curiosamente son parecidos a los nuestros”, opina sobre los platos Juan Pablo, el chef. Según él, el cilantro, la cebolla junca y la papa china que se consigue en el Pacífico, hacen que sienta la gastronomía vietnamita cercana a la nuestra. Menciona, por ejemplo, el plato tradicional del país asiático: el Pho, y hace una analogía entre él y el sancocho; “es un caldo con un carbohidrato y una carne”, pero dice que el Pho es más sutil, más elegante en su preparación, un caldo con fideos de arroz, hierbas y carne.
En el caso de Paralelo 17, cuenta Rodrigo, encontraron la inspiración para el restaurante siguiendo una línea, justo la que le da el nombre al lugar, así llegaron hasta el Suroeste asiático. “De alguna manera ese paralelo nos conecta con nuestros otros restaurantes (Bonuar y Herbario)”. Isaza explica que, aunque no ofrecen una carta netamente vietnamita, sí es una mirada de los ingredientes del trópico visto con los ojos de oriente. “Para nosotros una papaya es una fruta y nos la comemos madura, para ellos es un vegetal y se lo comen verde”.
Con la papaya, así verde, hacen ensalada, cuenta el cocinero de Halong. Ese sería un plato para iniciar la experiencia gastronómica vietnamita. El Pho también.
Así mismo, Kim Ngoc Le, del restaurante Lemoncillo, en Envigado, recomienda comenzar por lo más básico. La sopa Tom Kha Gai, una preparación de coco, tradicional de Tailandia; “da mucha energía y llena muy rápida”, dice Kim, quien además ratifica al Pho como un plato ideal para comenzar, “porque es una sopa muy fresca”.
Kim, que es de padres vietnamitas, asegura que la comida del país asiático tiene mucho más sabor. Lo menciona “sin ofender”, pero para él, los colombianos usan muy pocos condimentos, por eso no encuentra mucha similitud entre ambas gastronomías aunque los ingredientes sean tan similares. “ A la gente le gusta poco el ajo y la cebolla, pero le da un sabor muy rico a todo”, comenta.
En lo que sí coinciden Juan Pablo, Rodrigo y Kim es en el ingrediente indispensable, y hasta favorito de la comida vietnamita: la salsa de pescado. Además la califican como fresca, sencilla y bien hecha que, en Medellín, como en cualquier ciudad de Europa o Estados Unidos, puede disfrutarse con el mismo encanto.