Las pruebas de laboratorio al igual que la tecnología jugaron un papel predominante durante el último año a raíz de la pandemia. La rapidez y eficacia en la toma de muestras y entrega de los diagnósticos para la covid-19 fueron determinantes para impedir un mayor número de contagios en todo el mundo, pero a su vez significaron una voz de alarma sobre la realidad en materia de desarrollo en este sector.
Expertos del equipo de Laboratorio Clínico del Hospital San Vicente Fundación de Medellín creen que la situación de pandemia movilizó la institucionalidad pública, privada, académica y empresarial, lo que permitió “el ingreso de tecnología de punta en el país, agilizó procesos de legalización de equipos y reactivos, generó la necesidad de formación de personal técnico y profesional e implicó grandes ajustes a nivel de infraestructura para el desarrollo de unidades especializadas en biología molecular de acuerdo con las normas técnicas definidas por los entes regulatorios”.
Germán Campuzano, director Médico del Laboratorio Clínico Hematológico de Medellín, define la situación actual de Colombia como una fase de transición, en la que se han dado algunos progresos, pero en la que, en comparación con países desarrollados, estamos una década rezagados.
“Hay algunos avances en pruebas de laboratorio más especializadas, en pruebas genómicas, que ya están disponibles en el medio, aunque se realizan por convenio. En general contamos con buena tecnología en lo que concierne al análisis de química clínica o exámenes de laboratorio más rutinarios”, agrega.
Sin embargo, países como Alemania, Francia, Estados Unidos, Japón y China llevan la delantera en el mundo por su desarrollo tecnológico, lo que les ha permitido automatizar los procesos para ser mucho más rápidos y eficaces en pruebas de laboratorio que requieren un diagnóstico más especializado. No obstante, para que estos avances tengan éxito siempre debe estar presente una adecuada interpretación y formación humana.
Especialistas como Campuzano creen que esta falencia debe abordarse desde la estructuración de las carreras y sus especialidades en laboratorio en el país, por lo que el primer paso antes de invertir en tecnología, también es hacerlo en una educación integral. “Es más un tema de formación, incluso desde pregrados por lo que este tipo de experticia tiene que estar en cabeza de alguien con una especialidad en laboratorio y en Colombia no está tan desarrollada”, afirma.