Por Federico Hoyos Gutiérrez
En un mundo donde la digitalización redefine constantemente la vida diaria, la telemedicina se consolida como una herramienta en la atención médica, especialmente en la protección del corazón: ese músculo del tamaño de un puño cerrado que late en promedio 10.000 veces al día y, en tan solo un minuto, hace circular la sangre por todo el cuerpo.
El corazón, una bomba doble
Ese músculo funciona como una doble bomba separada por una pared que impide la comunicación entre las dos mitades. La mitad derecha del corazón recibe sangre negra y sin oxígeno, proveniente de las dos venas cavas, y luego expulsa esa misma sangre hacia los pulmones. Allí, la sangre se limpia, volviéndose roja, pura y oxigenada. Esta sangre revitalizada entra en la mitad izquierda, primero a la aurícula, después al ventrículo izquierdo, con ayuda de la válvula mitral, y de ahí es expulsada hacia el resto del cuerpo. Este proceso, que sucede en cuestión de segundos, permite que usted pueda leer estas líneas.
Telemedicina cardiovascular
La telemedicina emplea tecnologías de la información y la comunicación para brindar atención médica a distancia, incluyendo modalidades como teleconsultas, telemonitoreo y telediagnóstico.
Según datos del Ministerio de Salud, aproximadamente el 30 % de las teleconsultas en el país están relacionadas con la salud cardiovascular. “Yo me dedico a atender a los pacientes con infarto agudo de miocardio, que sigue siendo el principal asesino de la humanidad”, afirma Juan Andrés Delgado Restrepo, cardiólogo y máster en Cardiología Invasiva de la Universidad Complutense de Madrid.
Delgado explica que “para detectar el infarto es muy importante acceder rápidamente a un electrocardiograma [...]. Antes, la demora entre la toma del electrocardiograma y la atención médica podía ser fatal”. Sin embargo, agrega el especialista, que, con el avance de la telemedicina, esa demora se ha reducido significativamente gracias a herramientas como WhatsApp, que permiten el envío instantáneo de imágenes médicas y facilitan un diagnóstico rápido.
De acuerdo con el Dane, las enfermedades cardiovasculares cobraron la vida de 70.234 personas en 2022, lo que, en otras palabras, significa que cada hora mueren ocho colombianos por una patología relacionada con el corazón.
Para Juan Andrés Delgado, la inteligencia artificial y la telemedicina convergen en la cardiología, al permitir el seguimiento remoto de pacientes con enfermedades cardiovasculares crónicas, como arritmias o insuficiencia cardíaca, mediante algoritmos y tecnologías robóticas; así como el monitoreo a distancia con software para los pacientes con marcapasos y los relojes inteligentes que miden la frecuencia cardíaca en tiempo real.
Signos de alerta
“La mejor manera de activar la telemedicina es la alerta”, advierte Juan Andrés Delgado y agrega que en el caso de un infarto es esencial reconocer cualquier molestia intensa que se extienda desde el abdomen hacia el pecho y la espalda, manifestada como una sensación opresiva. “Un dolor intenso, que no mejore con el tiempo y, en cambio, tienda a empeorar, acompañado de náuseas, sudoración o vómitos, debe ser motivo de alerta y consulta médica inmediata”.
La telemedicina, acogida insuficiente
La Resolución 3100 de 2019 establece el marco legal para el ejercicio de la telemedicina en Colombia. Sin embargo, Mauricio Alberto Upegui Correa, médico especialista en Auditoría en Salud de la Universidad CES, plantea que la telemedicina ha experimentado una adopción desigual en el país y señala que, a pesar de haber regulaciones estrictas en la materia, existe reticencia por parte de algunas instituciones prestadoras de salud, quienes mantienen una tendencia arraigada hacia el modelo de atención presencial.
Esa resistencia, comenta Upegui, se atribuye a la complejidad logística y tecnológica que implica la implementación de la telemedicina: “Se requiere personal de salud certificado en telesalud, infraestructura adecuada, conectividad y autorización gubernamental para garantizar la eficacia y seguridad de esta”.
Según la Corporación Universitaria Iberoamericana, solo cuatro de cada diez IPS que operan en el país ofrecen servicios de telesalud: “en Colombia 4,27 % de las IPS habilitadas en el territorio nacional (3.368) tiene servicios de telemedicina, las cuales están ubicadas en 370 municipios de los 32 departamentos del país”.
Desafíos
La telemedicina enfrenta algunos retos, especialmente en zonas apartadas donde la conectividad y la infraestructura hospitalaria son limitadas. “Es fundamental mejorar la conectividad y la educación de los pacientes para que confíen en estas tecnologías”, advierte el cardiólogo Delgado.
A pesar de los desafíos, Mauricio Upegui aclara que la atención médica a distancia no se limita exclusivamente a zonas rurales; “Todos, incluyendo personas en áreas urbanas con dificultades de movilidad pueden beneficiarse de estos servicios”.