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Un camino para buscar el alivio

La experiencia de la enfermedad puede transitarse con cuidado paliativo, especialidad que busca el bienestar desde una mirada holística, acompañando al paciente y familiares en este proceso.

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  • Un camino para buscar el alivio
03 de noviembre de 2022
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La percepción de la enfermedad y la muerte varía de cultura en cultura, de persona en persona. El cuidado paliativo intenta, sin embargo, mitigar y aliviar el sufrimiento que pueda atravesarlas, acompañando al paciente y a sus familiares desde diferentes dimensiones.

Su foco principal se sitúa en los síntomas. Ya sea que la patología esté en tratamiento o se encuentre en estado terminal, esta especialidad se ocupa de aplacar daños que puedan estar causando sobre el bienestar personal, tanto en lo biológico como en lo psicológico, social y espiritual.

“El cuidado paliativo es una disciplina que propende por la vida, favorece la dignidad y busca que el ser humano esté pleno y dinámico hasta el último momento”, explica Juan Fernando Velásquez, médico paliativista del Hospital Universitario San Vicente Fundación. Para esto, recurre al trabajo interdisciplinario de diferentes profesionales que cruzan conocimientos para actuar de manera conjunta: médicos especializados, psicólogos, enfermeros, trabajadores sociales y personas de otras disciplinas complementarias.

Más allá del cuidado físico

El desarrollo de la disciplina vivió avances en la década de los 70. En vista de que la mayoría de enfermedades mutan hacia lo crónico y había un punto en que no se podían curar, iniciaron las intervenciones de cuidado paliativo, asegura Velásquez.

La especialidad tenía sus raíces en los lugares de hospicio que, durante la edad media, fueron creados por comunidades religiosas para hacerse cargo de personas con enfermedades en estado terminal, dice Frantz Colimón, especialista en el área del Centro de Especialistas en el Alivio del Dolor. En los años 60, esta práctica derivaría en el fortalecimiento del Movimiento Hospice, impulsado en Inglaterra por la médica Cicely Saunders, conocida como la fundadora de los cuidados paliativos.

Desde lo biológico, esta especialidad se propone aliviar el daño sirviéndose de los recursos avalados por el método científico para mitigar el dolor, dificultades respiratorias, acumulación de líquido, náuseas, obstrucción intestinal, alteraciones del apetito, insomnio o trastornos mentales como el delirio, depresión o ansiedad. Más allá de lo médico, sin embargo, opera atendiendo otras dimensiones del ser, acompañándolo para que pueda seguir adelante.

“Una etapa terminal lo sitúa a uno por primera vez, a corto plazo, frente a la muerte. Y eso requiere encontrarse con el “yo espiritual”. ¿Qué va a trascender de mi existencia? ¿Qué va a pasar? Más allá de las creencias de cada paciente, el equipo está preparado para acompañarlo durante este proceso”, señala Colimón.

Por esto, se busca que el proceso sea tan poco hospitalario como sea posible y como lo permita la enfermedad y, en la mayoría de los casos, las personas permanecen en sus casas. Para los especialistas, más allá de la mirada física sobre el cuerpo, hoy existe la necesidad de un tratamiento holístico que aborde el bienestar humano desde una perspectiva integral.

Es importante tener en cuenta que, aunque la familia es vital en el acompañamiento psicológico, social y espiritual, el paciente es el dueño de su proceso. “La persona puede trascender a su manera, decidir cómo quiere que queden las cosas cuando no esté, cumplir proyectos y deseos específicos”, indica Colimón

40
millones de personas en el mundo requieren medicina paliativa al año, según la OMS.

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