¿Le pasa que su hogar ahora es un campo de guerra? Solamente pensar que tiene que regresar le genera incomodidad porque es sinónimo de peleas, gritos o tristeza. Antes era un oasis al que llegaba a descansar y se sentía feliz, pero desde la pandemia esto ha cambiado.
Desde el confinamiento es posible que se presenten más conflictos en casa que antes, y esto sucede porque se pasan muchas más horas allí. “Ahora trabajamos desde el hogar, entonces los espacios que teníamos para cambiar de ambiente ya no existen”, dice el psicólogo Jesús Goenaga.
Un ejemplo de esto es que antes cuando discutía con su mamá en la mañana se iba para el trabajo y en la tarde cuando regresaba ya la situación se había calmado un poco, pero ahora, al tener a esa persona al lado todo el tiempo, se hace más difícil que el conflicto se baje.
Manténgase alerta
Estos problemas pueden detonarse por cualquier tipo de tema, pero para el psicólogo Juan Camilo Arias, algunos de los más comunes están relacionados con no respetar el espacio del otro o la repartición poco equitativa de las tareas en el hogar. “Ya existían antes de la pandemia, pero se han vuelto más graves por el exceso de tiempo que se pasa con el otro”, añade Arias.
Tener malentendidos durante la convivencia con la familia, la pareja o el roomie es algo normal, pero existen límites que se deben respetar. “Ya una discusión se vuelve una pelea cuando la comunicación no es efectiva, no se escucha al otro y todo se malinterpreta, incluso existen ofensas”, explica Goenaga.
Para Arias, “la pelea es la consecuencia de una discusión que se sale de los límites y se tornó en esto, como resultado de algo que no se trató a tiempo”.
Manténgase atento, porque cuando una discusión incluso se convierte en algo físico es porque ya no hay límites de respeto y esto es más riesgoso todavía.
El estrés laboral también influye en las peleas o discusiones que se presentan. “Esto hace que con frecuencia aumente la ansiedad, el cansancio y demás factores que afectan la parte emocional, como resultado se da que estemos mucho más sensibles, lo que va a traer problemas en la convivencia con el otro”, señala Goenaga.
En cuanto a la salud mental, “las emociones siempre se ven afectadas y cuando las relaciones se vuelven conflictivas, esto afecta el estado mental de cada persona y en cada caso lo hace de manera diferente”, concluye Arias.
¿Qué hacer cuando ya no se tolera la situación y cada vez se torna peor? Siga los consejos que los expertos le dan a continuación.
La situación no debe crecer
Se debe buscar que la molestia se mantenga controlable y no que se vuelva una bola de nieve donde el problema se hace cada vez más grande. Arias recomienda: “Si le hace daño la situación aléjese de esa persona o deje de hablarle durante un tiempo”. Esto hará que ambos se oxigenen y puedan volver a conversar con calma.
Busque una solución
Para Arias la pelea es un intercambio verbal o físico cargado de violencia y esto da como resultado no resolver un conflicto que no ha sido tratado, entonces se debe buscar una solución a ese inconveniente inicial por medio de la comunicación adecuada, en la que no se ofende al otro y se hace de manera empática.
Tome una decisión pronto
Esta debe ser la instancia final cuando usted ya intentó hablar, expuso su malestar y escuchó al otro, pero todo sigue siendo igual. Es en este punto cuando debe empezar a tomar decisiones y mirar si rompe ese lazo o se aleja durante un tiempo prudente. Esto evitará que el conflicto se vuelva algo más caótico y violento.
La prioridad es su integridad
Su bienestar es primero y este término es muy amplio, tanto su parte física como mental tienen que ser su prioridad y si esa persona y usted ya no van por el mismo camino y el problema es cada vez más tormentoso, piense primero en la tranquilidad que le dará no estar tolerando más esa situación.