Más de ocho millones de venezolanos eligieron este domingo la Asamblea Constituyente del presidente Nicolás Maduro, rechazada por la oposición y una decena de gobiernos, durante una violenta jornada de votación que dejó diez muertos.
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“Esta es la votación más grande que haya sacado el chavismo en la historia de la revolución bolivariana”, se congratuló Maduro, al celebrar que 41,5% del padrón, según el poder electoral, votó en favor de su proyecto para cambiar la constitución venezolana.
“Ha llegado el momento de una nueva historia”, añadió el mandatario.
Sin embargo, la oposición, que no participó en la contienda por considerarla “fraudulenta”, y varios países, entre ellos Estados Unidos, desconocen los resultados al considerar que entierra la democracia en Venezuela.
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“Elección viciada”
En un comunicado del departamento de Estado, Washington “condenó” la elección “viciada” y anunció que continuará “adoptando medidas enérgicas y expeditivas contra los artífices del autoritarismo en Venezuela”.
“¡Qué carajo nos importa a nosotros lo que diga Trump!”, replicó Maduro.
La oposición, que no participó en el voto, convocó a protestas este lunes en todo el país y el miércoles en Caracas, contra la instalación de la Constituyente.
“No reconocemos este proceso fraudulento, para nosotros es nulo, no existe”, dijo el líder Henrique Capriles, al llamar a nombre de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a las protestas.
Dos adolescentes están entre la decena de fallecidos durante las protestas contra la elección, que en muchos casos fueron una batalla campal con un cruce de bombas lacrimógenas, perdigones, piedras y cócteles molotov.
Un candidato a la Constituyente murió la noche del sábado, pero aún no se sabe si hay un móvil político. Con esta espiral de violencia llegan a unos 125 los muertos en cuatro meses de protestas que exigen la salida de Maduro.
“Esta es una Constituyente para poner orden”, enfatizó el presidente, en su discurso, en el fustigó a los líderes de la oposición.
“Se acabó el sabotaje de la Asamblea Nacional, hay que poner orden (...). Habrá que levantar la inmunidad parlamentaria a quien haya que levantarle la inmunidad”, advirtió Maduro.
Desde enero de 2016, la oposición tiene mayoría en el Parlamento.
En tono amenazante, Maduro planteó “tomar el mando” de la Fiscalía, luego de que su titular, Luisa Ortega, rompiera con el gobierno y se convirtiera en una de sus principales adversarias.
“¿Qué creen que (la Constituyente) deba hacer con la Fiscalía? Reestructurarla de inmediato, declararla en emergencia y tomar el mando para que haya justicia”, sostuvo.
Pese a su discurso radical, Maduro propuso un “diálogo nacional” para resolver la grave crisis política del país, que además sufre escasez de alimentos y medicinas, así como una brutal inflación.