Pico y Placa Medellín
viernes
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Gandalf el gris entra a la ciudad en ruinas, montando un veloz caballo. Luego entra otra vez, como si el tiempo hubiera retrocedido cinco segundos. Y una vez más, por la misma puerta, en la misma ciudad, sólo que desde otro ángulo. ¿Por qué, si no estamos viendo una cinta de artes marciales, decide Peter Jackson utilizar esta técnica tan común en las antiguas películas de ninjas? Lo más grave es que la respuesta parece ser tan simple como triste: porque había que llenar minutos como fuera.
Por esa misma razón, tal vez, la película comienza con lo que debió ser el final de la anterior: una secuencia magnífica en la que vemos a Smaug, el dragón, destruyendo con su aliento a una población mientras planea sobre las llamas y luego enfrentándose al...
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