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“La sacamos a bala”: la amenaza que recibió una médica en La Estrella

  • FOTO DE REFERENCIA. Juana recibió varios mensajes amenazantes por su profesión como médica, en su propia unidad residencial. FOTO COLPRENSA
    FOTO DE REFERENCIA. Juana recibió varios mensajes amenazantes por su profesión como médica, en su propia unidad residencial. FOTO COLPRENSA
  • Este es uno de los mensajes que recibió Juana, por su profesión como médica, en su propia unidad residencial. FOTO CORTESÍA
    Este es uno de los mensajes que recibió Juana, por su profesión como médica, en su propia unidad residencial. FOTO CORTESÍA
13 de mayo de 2020
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La pesadilla que vivió Juana Isabel Cerra Hernández en una unidad de apartamentos en La Estrella, por el simple hecho de hacer su trabajo y exponer su vida para cuidar la de otros, la llevó a decidir mudarse lo antes posible y regresar a su departamento, Córdoba. Pero antes quiere dejar un mensaje y evidenciar la irracionalidad de algunos ciudadanos que con amenazas maltratan al personal de la salud.

Juana lleva trabajando como médica en el Valle de Aburrá más de un año y medio. Lo hace en una EPS con sede en Medellín, para lo cual toma transporte público todos los días, pero ni en los buses, ni en los trenes, ni en las calles, se había sentido amenazada y con temor. Todo eso lo vino a experimentar con solo abrir la puerta de su casa, en las paredes del piso 13 en el que vive.

El pasado 7 de mayo, cuando salía del apartamento para hacer algunos pagos y comprar el mercado, se dio cuenta de que en la pared del frente habían escrito un mensaje con lapicero que decía: “Doctorcita si no se va la sacamos a bala... HP no queremos infectados (sic)”.

La escena la aterrorizó y desde entonces la angustia no ha pasado. Ese mismo día llamaron a los vigilantes de la unidad, quienes corroboraron el hecho como primeros testigos, y posteriormente llegó el cuadrante de Policía para tomar las evidencias del caso. Desde ese momento, no han podido dormir tranquilos, ni ella ni su esposo ni los tres niños que viven con ellos.

La Fiscalía ya tiene conocimiento del caso, pues Juana puso ese 7 de mayo la denuncia vía telefónica. Al día siguiente, la llamó el fiscal asignado y le dio un número al cual puede comunicarse en caso de que llegara a presentarse una nueva intimidación, de cualquier tipo, a cualquier hora.

Aún así, el sábado 9 de mayo llegó el segundo mensaje amenazante, escrito con la seguridad de quien sabe qué autoridades están al tanto de la situación, porque esta vez, con un marcador, estaba escrito en otra pared fuera del apartamento: “Ni los policías los salvan sapos HP vallance (sic)”.

Este es uno de los mensajes que recibió Juana, por su profesión como médica, en su propia unidad residencial. FOTO CORTESÍA
Este es uno de los mensajes que recibió Juana, por su profesión como médica, en su propia unidad residencial. FOTO CORTESÍA

“Ya no era solo conmigo, ya era con todos los que vivimos en casa, y sabían todo, que habíamos dado aviso a las autoridades y que la Policía estuvo aquí”, comentó Juana.

Inmediatamente informó el nuevo mensaje amenazante y, de nuevo, se tomaron las nuevas evidencias. Uno de los vecinos, que vive enfrente a su apartamento, ofreció instalar una cámara para comprobar quiénes estaban escribiendo las intimidaciones. Vigilancia tomó nota y desde la administración de la unidad instalaron un equipo para poder dar con los responsables.

Aunque después del segundo episodio no han vuelto a recibir más amenazas, porque quizás la cámara mantiene a raya a los autores materiales, el temor no se ha ido. Incluso la Policía pasa haciendo ronda y los celadores cuidan constantemente la torre y el piso de Juana, y ella no se explica quién puede ser tan ruin, porque ni siquiera conoce a muchos de sus vecinos y no recuerda haber tenido un solo altercado con alguien en el tiempo que ha vivido allí.

Por eso, la decisión que tomó junto a su esposo es mudarse, no solo del edificio, sino de la ciudad, para tratar de volver con el resto de la familia, que también ha manifestado angustia por lo ocurrido y les piden regresar a Córdoba.

“Quiero dejar un mensaje para las personas que hacen este tipo de cosas, y para todos en general: nosotros como personal de la salud damos nuestra vida por la gente. Siempre con las ganas de que todo se normalice. Exponerme al virus al salir también es un riesgo para mi familia. Les pedimos consciencia y educación. Nosotros no somos los culpables, somos quienes estamos tratando de esto que estamos viviendo en el mundo no sea tan grave”, expresó Juana.

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