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Desde el pasado 1 de enero la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA) comenzó a operar oficialmente como una Empresa Industrial y Comercial del Estado (Eice). Pasado un mes y dos semanas de los debates en los cuales la Asamblea discutió y autorizó esa transformación, la empresa inició una reestructuración organizacional con la que se busca fortalecer su posición en el mercado y su autonomía administrativa.
Javier Ignacio Hurtado, gerente de la FLA, explicó que, a través de un conjunto de trámites y actos administrativos, la licorera legalizó su nueva naturaleza jurídica y emprendió varias reformas internas.
“Se ha avanzado en todo el tema financiero, separando nuestras cuentas de la Gobernación, no solo las bancarias, sino todas. Nos hemos enfocado en formular un presupuesto, crear las políticas de contratación y todos los elementos jurídicos para que la empresa funcione como tal”, señaló Hurtado.
Desde el punto de vista laboral, agregó el gerente, el principal cambio emprendido por la compañía durante enero fue el reconocimiento de la mayoría de sus obreros bajo la denominación de trabajadores oficiales.
Según explicó, de los 340 empleados que la licorera tenía hasta diciembre pasado, 27 pidieron no ser removidos de la planta de cargos de la Gobernación, para conservar su condición de empleados públicos. El resto firmó un nuevo contrato con la recién creada FLA y cambió su condición a la de trabajador oficial.
Cabe recordar que una de las principales razones que motivó la transformación de la FLA durante el segundo semestre del año pasado fue un fallo proferido por la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado que resolvió un pulso que por décadas los sindicatos sostuvieron con la gerencia de la empresa.
En resumen, el aspecto central del problema era un choque de interpretaciones jurídicas que obstaculizó durante cerca de 47 años, según los cálculos de los sindicatos, su derecho a presentar pliegos de peticiones y abrir mesas de negociación para mejorar sus condiciones laborales.
Tal como recogió la Gobernación el 15 de julio del año pasado, cuando radicó ante la Asamblea sus razones para solicitar la transformación, ese escenario había sido causado por culpa de la naturaleza jurídica de la empresa, que al ser una unidad administrativa de la Secretaría de Hacienda generaba que sus obreros fueran considerados empleados públicos. Una denominación que les impedía ejercer su derecho a negociar organizadamente.
Leonardo Sánchez García, presidente en Antioquia de Sintrabecólicas, uno de los sindicatos de la FLA, explicó que luego de formalizarse la transformación de la empresa, los trabajadores radicaron el pasado jueves 21 de enero un pliego de peticiones de 48 cláusulas, en donde buscan negociar sus condiciones laborales.
Según informó el líder sindical, el pasado lunes 1 de febrero la empresa instaló una mesa de negociación con la que se pretende conciliar algunas de las demandas, que incluyen cambios en la remuneración de las horas extra y otras garantías adicionales a su salario básico.
Luis Eduardo Peláez Jaramillo, uno de los diputados que criticó varios componentes de la reestructuración, señaló que una de las principales diferencias entre los trabajadores y la gerencia fue la eliminación de algunos beneficios laborales, como el servicio de restaurante y una tarifa especial para comprar los productos de la empresa.
“Pareciera que para la administración, la FLA no hubiese desaparecido para las ganancias, pero para los derechos de los trabajadores sí”, criticó Peláez.
Hurtado rechazó por su parte que la empresa estuviera desmejorando sus condiciones laborales y argumentó que durante las últimas semanas la nueva FLA pagó los salarios a todos los trabajadores y garantizó su permanencia en la empresa.
El gerente dijo que la compañía ha respetado las garantías de los sindicatos y, por primera vez, puso fin a la incertidumbre que por décadas marcó ese relacionamiento.
“Todo proceso de transformación trae incertidumbre y este proceso, en especial, era de incertidumbre para los trabajadores. Desde la misma ordenanza nosotros tomamos la decisión de asegurar que todos los cargos que se suprimieran pasaran a la nueva empresa. Así mismo, garantizamos que desde el primer día íbamos a recibir los pliegos de peticiones. El objetivo de esas conversaciones será el de normalizar la vida laboral de la FLA”, expresó el gerente.
Junto al componente laboral, otro punto que generó dudas, tal como expresaron Sánchez y Peláez, fue la decisión de la empresa de conformar su nueva junta directiva, pero reservando, hasta ahora, el nombre sus los miembros independientes.
Según se estableció en la ordenanza que aprobó el cambio, la nueva junta directiva quedó conformada por tres representantes del sector público (el gobernador o su delegado, la secretaria de Hacienda y el gerente del Idea) y dos miembros independientes.
Aunque este órgano corporativo ya ha tomado varias decisiones, Hurtado señaló que durante los próximos días sería el gobernador quien informaría sobre su conformación.
Por otra parte, el pasado viernes 5 de febrero, Jaime Cano Martínez, nuevo presidente de la Asamblea de Antioquia, publicó un pronunciamiento en el que calificó como positivo el balance de las primeras semanas de la transformación, considerando que el gobierno departamental está respetando los derechos laborales de los trabajadores.
“Tal como lo prometió el gobernador, el proceso avanza de manera positiva y se garantizan de manera absoluta los derechos laborales de los trabajadores, adelantando además, la necesaria negociación con los grupos sindicales para encontrar puntos de acuerdo”, opinó Cano Martínez.
Según los cálculos de la Gobernación, entre 2016 y 2019, la Fábrica de Licores de Antioquia le inyectó cerca de $3,3 billones al presupuesto departamental por concepto de utilidades, lo que la convierte en su entidad más rentable y una pieza crucial para la financiación del Plan de Desarrollo.
Al margen de estas controversias, el gerente Hurtado señaló que el objetivo de la transformación será la de hacer la empresa más fuerte.
“La relevancia de la transformación de la FLA tiene que ver con su sostenibilidad. El objetivo es convertirla en una empresa que crezca y se adapte a las nuevas realidades del mercado”, planteó Hurtado