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El encarte de EPM con la licitación de Hidroituango

La insistencia de Quintero de cambiar de contratistas le puede salir caro a EPM.

  • No aparecen las empresas interesadas en continuar la construcción de Hidroituango. FOTO: Juan Antonio Sánchez
    No aparecen las empresas interesadas en continuar la construcción de Hidroituango. FOTO: Juan Antonio Sánchez
El encarte de EPM con la licitación de Hidroituango
27 de junio de 2022
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La semana pasada se vencía el plazo para que las firmas interesadas en terminar Hidroituango presentaran sus propuestas. Sin embargo, sin hacer bulla alguna, EPM les dio un mes más.

El aplazamiento podría parecer un asunto de trámite tratándose de un proyecto de esta magnitud, pero en este caso no lo es. La realidad es que existe un gran temor dentro de EPM de que ninguna firma, ni de Colombia ni del mundo, se apunte a ese negocio tal y como están las condiciones del pliego de la licitación.

Las alarmas se prendieron en una reunión antes de las elecciones presidenciales en la que EPM convocó a las firmas interesadas para ver qué tan en serio se estaban tomando el proceso. Y, para preocupación de todos, solo llegaron dos de las diez empresas que habían comprado el derecho a estar en la licitación. Por eso, en un comité interno de EPM, el encargado de liderar el proceso le dijo al gerente de EPM, Jorge Carrillo: “Gerente, yo no les veo ganas de presentarse. Si seguimos avanzando puede pasar que nadie entregue propuestas”.

En ese momento fue que decidieron ampliar el plazo un mes. Y además se les ocurrió citar a una “reunión informativa necesaria”, para el 14 de julio, es decir, antes de que termine el nuevo plazo, para tantear si hay quién se apunte o no.

Si no consiguen quien se apunte será un medio descalabro en el embeleco de Daniel Quintero de cambiar de contratistas.

¿Cuál es el problema?

El problema de fondo es que Hidroituango no tiene hoy algo que es crucial: la póliza todo riesgo en construcción. En teoría, en caso de que ocurra algo, a quien se gane el contrato le tocaría asumir todos los riesgos, según el pliego que publicó EPM. Expertos aseguran que solo un ‘kamikaze’ sería capaz de apuntarse a ese negocio sin esa póliza.

Vale la pena repetir las palabras de José Fernando Villegas, director de la Cámara de la Infraestructura en Antioquia: “Es como si EPM dijera: vea, usted tiene que entrar a una caverna que se está derrumbando y tiene que ponerme a funcionar allá cuatro unidades, pero lo que pase allá adentro es responsabilidad suya”.

El interés por echarse al hombro Hidroituango ha ido perdiendo pretendientes. El proceso arrancó en noviembre de 2020 cuando invitaron “a empresas de todo el mundo”, según dijo el alcalde Daniel Quintero en ese entonces, y mostraron interés 26.

Este año, 10 apartaron el cupo para eventualmente presentar propuesta, pero no solo se ha reducido ese número –a veces a cuatro y otras veces a dos–, sino que en las reuniones las inquietudes no son técnicas si no sobre todo por el tema de riesgos y seguros.

Una de las que más interés ha mostrado es la china Yellow Rivers, sobre la cual no se tienen referencias. Mientras que la otra china, Sinohydro, famosa por haber participado en la construcción de la presa de las Tres Gargantas (río Yangtsé en China) ha pasado de bajo perfil en esta fase del proceso.

Hay quienes se preguntan si las dos firmas chinas estarán aliadas y para evitar el ruido de las polémicas que persiguen a Sinohydro sea Yellow Rivers la que está dando la cara. Pero eso está por probarse. Cabe recordar que Sinohydro construyó una hidroeléctrica en Ecuador a la que le han aparecido más de 7.000 fisuras tras su inauguración en 2016 y por lo cual el gigante chino está demandado ente un tribunal de arbitramento internacional.

“Ellos (EPM y el alcalde Quintero) creían que iban a encontrar a alguien que en su apetito de coger un negocio aceptaba los riesgos que fueran. Y se están dando cuenta de que las cosas no funcionan así”, le comentó a este diario una persona que conoce el proceso.

El capricho cuesta

EPM está entonces encartado porque le quedan dos caminos, uno cambiar los contratistas, y el otro seguir con los contratistas de siempre. Pero en los dos caminos, tal y como están las cosas, puede terminar perdiendo.

Con el cambio de contratistas, mientras más se demore el cambio, lo cual está pasando en este momento con los traspiés expuestos, EPM podría no cumplir con el plazo perentorio que tiene Hidroituango para entrar en funcionamiento. El primer plazo que se vence el 30 de noviembre de este año no parece tener un problema mayor porque los contratistas actuales dejan listas las dos primeras unidades.

En donde se puede enredar EPM es a la hora de prender otras dos unidades (la 3 y la 4) que deben estar listas en 2023 y serían responsabilidad de los nuevos contratistas (las unidades 5, 6 y 7 debieran comenzar a operar en 2024 y una octava, en 2025).

Sencillamente si EPM no cumple el plazo la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) le aplica una sanción económica significativa. Eso sin contar el costo de no prender rápido el proyecto: por cada día que pasa sin prender las ocho unidades se pierden 10.000 millones de pesos.

Si se diera una demora, no sería raro que el alcalde Daniel Quintero trate de que el nuevo gobierno nacional le dé una mano ampliando los plazos. De hecho, ya Quintero dijo que Petro le pidió que entregaran Hidroituango “sin afanes”.

En el segundo camino, en caso de que nadie se muestre interesado y tengan que seguir los contratistas actuales, EPM puede quedar en desventaja porque como ya le han dicho al consorcio CCC que el contrato se les termina, ellos dejarían de ser maltratados y podrían quedar en una mejor posición de negociación.

La realidad es que en EPM están encartados con el capricho del alcalde Daniel Quintero de cambiar a los contratistas. El mismo Quintero admitió que prácticamente desde que llegó a la Alcaldía los quería cambiar. Y esa es una de las razones por las cuales se habría dedicado a desacreditarlos desde entonces hasta ahora a pesar de que los informes técnicos y el fallo de la Contraloría lo han desmentido.

En sus declaraciones a emisoras en Bogotá, en la ronda de medios que acostumbra para aceitar su narrativa, Quintero dijo que la justicia siempre le ha dado la razón con respecto a Hidroituango. Pero eso no es cierto, EPM solo ha interpuesto una denuncia por orden de Quintero y el Tribunal de Antioquia ni siquiera la ha admitido.

Y ojalá no la admita porque esa denuncia –como lo han dicho los expertos en este tipo de litigios– es un tiro en la cabeza contra Hidroituango y contra EPM. Si hubiera prosperado, las aseguradoras nunca habrían tenido que pagar un solo peso por la contingencia de 2018.

El fallo de la Contraloría, por su parte, en ningún momento habla de corrupción ni tampoco de dolo. Es decir, implícitamente acepta que fue un accidente.

La nueva licitación no tiene un monto exacto. En EPM hablan de $400.000 millones, porque ya hay mucha parte de la obra civil avanzada, otros dicen que pueden ser $600.000 millones o más. Entre otras cosas porque no está claro qué tipo de trabajos hay que hacer en la zona sur de la casa de máquinas en donde irían las últimas cuatro unidades, de la 5 a la 8.

Cada una de las unidades de Hidroituango genera 300 megavatios, para un total de 2.400 megavatios, que corresponden al 17% de la energía instalada en Colombia. Sin duda crucial para el país y para EPM .

10
empresas mostraron un inicial interés en el proyecto. Esa cifra podría ser menor ahora.
Infográfico

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