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El mensaje es claro y directo: esta noche, durante la celebración popular por la llegada de diciembre, no debe haber una sola persona lesionada por pólvora.
En este propósito están unidas las autoridades de Medellín y de Antioquia, pues aún sin llevarse a cabo la denominada alborada (cuando algunos ciudadanos detonan tacos, papeleta, voladores el 30 de noviembre a las 12 de la noche para recibir diciembre), ya las autoridades departamentales reportan 71 personas lesionadas, el más reciente, un hombre de 50 años que, el pasado martes en Copacabana, perdió cuatro dedos de su mano derecha.
La temida fecha no dejó quemados en Medellín para 2016 y, desde la Administración Municipal se hace un llamado para que hoy sea igual.
Sin embargo, cifras de otros periodos mantienen la alerta elevada: en 2015 hubo 24 quemados con pólvora, en 2014 fueron 27, en 2013 la cifra fue de 17 y en 2012 llegó a 14, según reportes de la Alcaldía de Medellín solo para esa noche.
El recuerdo de la alborada pasada está vivo para José Ignacio Cano Marín, subsecretario de Salud de Antioquia. La gente respetó el luto tras el accidente del avión que transportaba al equipo de fútbol Chapecoense, el 28 de noviembre, y la pólvora se sintió menos.
El funcionario explicó que a partir de hoy, el gobierno departamental inicia una vigilancia intensificada para evitar el uso de estos explosivos en municipios antioqueños.
“Esperamos que con esto y actividades de prevención podamos decir que serán cero quemados este año. Que los alcaldes se sumen y que con sus autoridades busquen herramientas para comunicarle a la gente los riesgos que hay al manipular papeletas y tacos. Lamentablemente siempre el mayor porcentaje es de niños y adolescentes”, apunta
El panorama de quemados con pólvora en lo que va del año preocupa, no obstante hay una reducción que, según la Secretaría de Salud de Antioquia, es del 50 %.
Para evitar que las cifras de lesionados se disparen, los gobiernos municipal y departamental desplegaron, desde hoy, medidas de contingencia como la activación de la red de urgencias y la intensificación de los operativos.
Al tiempo, una vez más, se incrementaron las campañas y los mensajes de prevención. El llamado es uno solo: sumarse a quienes no queman pólvora.
Para Rita Almanza, epidemióloga de la Secretaría de Salud de Medellín, no existe pretexto en la quema de pólvora, pues la Alcaldía tiene diversas actividades para celebrar diciembre sin pólvora.
“Tenemos los alumbrados y el programa de Parque Navideño en Carabobo Norte y Ciudad del Río, también en las comunas donde está el mayor número de lesionados (Aranjuez, Buenos Aires y el corregimiento San Antonio de Prado)”, afirma.
Almanza añade que el Municipio cuenta con la estrategia Seguridad en Línea (123), en la que los ciudadanos pueden denunciar los expendios de pólvora para que sean intervenidos por la Policía.
“En Medellín (entre el 10 de enero y ayer) no ha habido lesionados por pólvora. El año pasado la reducción fue del 65%”, enfatiza la funcionaria.
El subsecretario Cano explica que las afectaciones más frecuentes por la pólvora son quemaduras en extremidades, pero también daños oculares y en oídos, muchas veces irreversibles.
“Se han presentado casos de niños que compran las papeletas, se las meten al bolsillo del pantalón y el calor se las hace explotar”, anota.
Alejandro Jaramillo, médico ortopedista de la Clínica del Norte, que atendió al paciente de 50 años que perdió parte de su mano derecha por un taco, confiesa que la atención de pacientes con ese tipo de afectaciones es dramática incluso para los expertos.
“Para uno como ortopedista es dramático ver como una persona, en un segundo, pierde los dedos de su mano por algo que es evitable. Eso es una tontería, inexplicable”, concluye.
EN DEFINITIVA
Una nueva alborada, esta noche, y la oportunidad para saber qué tan responsables somos para decir no a la pólvora y si hemos avanzado en dejar atrás esa práctica reprochable.
La primera entrevista que hice, a los 8 años de edad y con la ayuda de mi padre, fue al futbolista Andrés Escobar. Desde ese día no he dejado de hacer preguntas, ni de amar el periodismo. Soy egresado de la Universidad de Medellín.