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El novelón que armó Daniel Quintero desde Estados Unidos
Ha dicho que teme por su seguridad, y que no volverá a Colombia en caso de que gane el candidato del Gobierno. La estrategia va más allá de viaje a Washington.
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Daniel Quintero y Diana Osorio viajaron juntos a la CIDH, Washington. Rechazaron la misiva de algunos padres del Colegio Alemán.
26 de mayo de 2022
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En menos de 24 horas el alcalde suspendido de Medellín, Daniel Quintero, ha emitido aseveraciones a dos bandas: primero dijo que no volvería al país, en caso de que las presidenciales favorezcan al candidato del Gobierno, y horas después sostuvo que no dejaría solo a su equipo y que por esa razón regresaría al país este viernes y el domingo votaría por el cambio.
“Si gana el candidato del presidente Duque, no podré volver a Medellín”, expresó. La razón que esgrimió tuvo que ver con su seguridad. Alegó que él y su familia estarían en riesgo en un eventual gobierno del establecimiento y que ello haría complejo su regreso al país. Sin embargo, él mismo, a través de Twitter, se echó para atrás. “Si bien las condiciones de seguridad no son las ideales, no abandonaré a mi equipo. El viernes estaré en Colombia. El domingo votaré por el cambio. El lunes empezaremos a construir un nuevo país”, sostuvo Quintero, quien permanece apartado del cargo mientras avanzan las pesquisas de la Procuraduría por su presunta participación en política electoral.
Las contradicciones han salido a flote en medio de su ronda de medios desde Washington, en donde se encuentra desde el fin de semana pasado. La razón: una solicitud de medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para desvirtuar la decisión que lo separó del cargo por tres meses. El viaje le ha permitido, entre otras cosas, pregonar una narrativa de víctima desde el ‘exilio’
Tanto es así que la solicitud por la que viajó a Washington, en compañía de su esposa Diana Osorio y una comitiva de apoyo integrada por ocho personas más, podía tramitarse por internet. La CIDH pide hacerla por medio de plataformas virtuales o de correo certificado desde el año 2012.
Pero la travesía por esta ciudad no ha sido el único recurso al que ha apelado Quintero para afianzar su narrativa. Además de reiterar que su caso responde a una persecución, ha insinuado que los comicios presidenciales del domingo y la democracia colombiana están en riesgo.
Su equipo, dede la Alpujarra, le apoya en la tarea. Es el caso de María Camila Villamizar, su secretaria de Gobierno, quien públicamente ha liderado las hostilidades en contra de Juan Camilo Restrepo, el alcalde (e). La última de ellas fue la publicación de un video en el que entrega los detalles de la ley seca que operará el fin de semana de elecciones, lo que para muchos habría significado una usurpación de las funciones de Restrepo.
Con pegatinas en favor del mandatario suspendido, algunos funcionarios de la Alcaldía han empapelado el centro administrativo. Esa acción ha generado fricciones al interior de los equipos. Lo otro es que los secretarios ya no solo portan la franela con el rostro estampado de Quintero en las reuniones de Restrepo, sino que las usan en sus avanzadas comunitarias y ahora van a distribuir manillas con “Mi alcalde es Daniel Quintero”.
El recurso que cierra la estrategia es la carta a mano con la que están empapelando la ciudad. Logísticos con cajas reparten una misiva en la que Quintero publicita su narrativa. Hasta montó una vaki para recolectar $200 millones. Su frente jurídico, sin embargo, tendrá que esperar un poco más: se acumularon varias tutelas que piden reintegrarlo al cargo, y eso dilatará el proceso en el Consejo de Estado
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