La construcción de dos edificios en un barrio tradicional de El Poblado tiene enfrentados a los integrantes de la Mesa Ambiental de ese barrio y a la firma Promotora Inmobiliaria El Diamante S.A.S. y Tragaluz S.A.S.
Ambos proyectos, llamados Gulungo y Tragaluz, tienen licencia de construcción vigente y este último está a la espera de un permiso de la autoridad ambiental para intervenir árboles del terreno.
En el caso de Gulungo, ubicado en la carrera 41 con calle 16B, varios grupos ciudadanos y vecinos se unieron para oponerse al proyecto, pues creen que la construcción puede romper con la conectividad ambiental del parque lineal La Frontera, la zona del Club Campestre y el museo El Castillo, y varios afluentes de la zona.
José Fernando Álvarez, integrante de la Mesa Ambiental de El Poblado, explicó que “somos muchos los que pensamos que un edificio alto al lado del parque ambiental va a romper la conectividad por el ruido y la afectación a los árboles que aunque no están en el predio, sí están al lado”, y dijo que la comunidad se opone a que el sector se convierta en una zona llena de cemento como ocurrió en Santa María de los Ángeles.
Sus denuncias fueron respaldadas en redes sociales por el colectivo Túnel Verde que escribió: “vecinos del sector y habitantes del municipio estamos preocupados por el parque ambiental”.
Como es consciente de que el Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín (POT) permite la construcción, anunció que solicitarán un cambio en la norma para proteger los ecosistemas del parque y las zonas aledañas.
María del Pilar Mesa, subdirectora ambiental del Área Metropolitana, explicó que el edificio en cuestión no solicitó licencias para aprovechamiento forestal (tala o traslado de árboles). “Los visitamos porque la comunidad dijo que había unos guaduales que iban a talar, pero encontramos que la obra no interfiere con esos árboles”, dijo.
Catalina Márquez, directora administrativa del proyecto Gulungo, le dijo a EL COLOMBIANO que la comunidad hizo oposición al proyecto cuando estaba en trámite la licencia de curaduría, pero que una vez atendidas las dudas, esa autorización quedó en firme.
“El proyecto no tiene un solo árbol en el lote. Y lo último que queremos es afectar el parque ambiental porque además es un plus de venta del proyecto”, dijo.
Márquez añadió que el edificio se construirá donde hoy hay una casa, y que tendrá 8 pisos, con un apartamento en cada uno. “Tenemos los permisos y el POT nos permite desarrollar la obra. Entiendo que ellos no quieran nuevos edificios pero deben ser conscientes que nadie puede sostener una casa tan grande con los impuestos que se pagan”, precisó.
José Nicolás Duque Ossa, secretario de Gestión y Control Territorial de Medellín, confirmó que ya se verificaron los permisos de obra y que “la curaduría autorizó la construcción a la luz de las normas del POT”. Sin embargo y ante las dudas de la comunidad, anunció que el próximo miércoles 21 de febrero se realizará una reunión con las partes interesadas -incluyendo la autoridad ambiental- para conciliar y tomar decisiones.