Vecinos del barrio Calasanz, en la comuna 12 de Medellín, temen que la piscina abandonada contigua a sus casas se convierta en un foco de propagación del Chikungunya. Así les ocurrió en 2010 cuando, según expresan, debido al deterioro de la alberca con la que lindan, dos integrantes de una misma familia contrajeron dengue.
Por reportes de este tipo, El Colombiano hizo un recorrido por piscinas abandonas de la ciudad y consultó con la Secretaría de Salud sobre el riesgo real que representan estos espacios para propietarios y para vecinos.
“Las aguas estancadas sin tratamiento sirven como medio para propagar enfermedades (micóticos, bacterias y virus). Sin embargo las piscinas rara vez se convierten en criaderos de zancudos, pero hay que estar atentos y en caso de que suceda se debe informar a la Secretaría de Salud”, expresó sobre el riesgo que representan, Bibiana Gómez, funcionaria de salud ambiental en el municipio.
Fernanda, también habitante del barrio Calasanz, y quien es vecina de otra piscina en mal estado, no piensa lo mismo y expresa el malestar que generan esas condiciones de salubridad. “En estos días de verano la presencia de zancudos se ha multiplicado”.
Juan Carlos Giraldo, Vicealcalde de Salud del municipio, indicó que será inevitable que el chikungunya llegue a Medellín por lo que invitó a la comunidad a ser consciente del riesgo que representa tener aguas estancadas, además instó a la ciudadanía a reportar potenciales focos de infección.
Con las 872 piscinas públicas, que la Secretaría de Salud inspecciona y vigila, no hay mayor problema porque la entidad monitorea durante todo el año. Pero con las de propiedades privadas, que pueden pasar desapercibidas para las autoridades, el procedimiento es diferente y depende mucho de las quejas de la comunidad.
“En primera instancia la responsabilidad es de los propietarios, si se trata de un lugar abandonado lo que se puede hacer es buscar ayuda de la Secretaría de Gobierno y de la Inspección de Policía del sector. Ahí la acción es diferente, tratamos de comunicarnos con el propietario, ingresar al predio para aplicar larvicidas o fumigar si la situación se torna más grave”.
Para algunos habitantes, que viven cerca de estos caldos de cultivo de enfermedades, estas medidas son insuficientes.
Según el Vicealcalde de Salud, el mapa de calor que elaboró la Secretaría arrojó algunos puntos de la ciudad con más presencia del zancudo: cerca del corredor del Río, Castilla, Santa Cruz, Popular, Manrique, El Salado, La Sierra y cerca de la Iguaná.
Igual la comunidad en general, debe estar alerta y seguir denunciando posibles focos de la enfermedad. No vaya a ser que termine con Chikungunya por cuenta de un mal vecino.
