En dos granjas con sembrados de aguacate y hortalizas se recuperan y capacitan 130 niños con discapacidad cognitiva y avanzan en su proceso de resocialización 100 habitantes de calle de Medellín, en un programa adelantado por la alcaldía con apoyo de entidades privadas.
La estrategia está a cargo de la Secretaría de Inclusión Social y Familia y busca que los niños y adolescentes con problemas de capacidad intelectual adquieran destrezas y autonomía que les permita dejar de ser tan dependientes de sus padres o tutores.
Para la titular de la dependencia, María Paulina Suárez, hay certeza de que a través de la actividad agrícola, del contacto con productos de la naturaleza y la tierra, se mejora la calidad de vida de las personas y se ayuda al desarrollo de su capacidad cognitiva.
“Con esta estrategia vamos a crear tejido social involucrando a sus familias y a la comunidad, en dos años las granjas van a dar cultivos”, indica la secretaria Suárez.
Las granjas funcionan en el corregimiento San Cristóbal de manera independiente. Cada una tiene una extensión de 1 hectárea y el objetivo es que, además de ayudar al fortalecimiento y crecimiento personal de los niños, adolescentes y habitantes de calle, los frutos sirvan para el sostenimiento de estos espacios.
Édgar Yepes, director de la Unidad de Discapacidad de la Secretaría de Inclusión, indica que en las granjas se fortalecen las habilidades y se desarrollan las capacidades para los niños y adolescentes puedan ser productivos y a la vez que avancen en los procesos de socialización con las familias y sus comunidades. Se parte de la base de que a pesar de las discapacidades o de las dificultades de aprendizaje, toda persona tiene habilidades y aptitudes por desarrollar.
“Nos concentramos en el ser, buscando que adquieran mayores capacidades y rompan las barreras de comunicación que puedan tener con otras personas”, señala Yepes.