En entrevista con EL COLOMBIANO, de la cual hoy se publica la última parte, el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, como en las entregas anteriores habla sin pelos en la lengua: esta vez sobre el tema de seguridad.
Gaviria dice que comparte la idea de un sometimiento de las estructuras criminales como lo viene impulsando el gobierno de Gustavo Petro, pero advierte que, si bien se debilitarían y se les brindaría oportunidades a los jóvenes, no se puede esperar que así se acabe la ilegalidad.
Hace también un reconocimiento que es difícil para cualquier mandatario: dice que el Clan del Golfo tiene el control parcial de algunos territorios y amenaza a las comunidades para que bloqueen las vías y protesten de manera violenta.
La situación de orden público en el Bajo Cauca y sectores del Nordeste está difícil, entre Tarazá y Cáceres una muchedumbre asaltó camiones ¿qué se está haciendo para recuperar la seguridad?
“El taponamiento de vías como método de protesta se ha extendido, a mí eso me parece absurdo, va contra los derechos de los ciudadanos que están desplazándose por esas vías, contra el derecho al trabajo, el derecho a la vida, que se ha puesto en peligro en esos taponamientos en diferentes partes de Antioquia, del país.
Lo he repetido y lo he demostrado: yo no necesito que me taponen una vía para hablar con la comunidad, para escuchar una queja, o una solicitud. Los taponamientos no son una forma de resistencia civil, no es protesta pacífica, es protesta violenta”.
Pero hay unos reclamos de los mineros ancestrales...
“En el Bajo Cauca, hay una muy importante proporción de mineros artesanales a quienes respetamos, a quienes queremos ayudar para que desempeñen y desarrollen su labor más adecuadamente para ellos y sin atentar y deteriorar el medio ambiente. Por eso es que desde la Secretaría de Minas tenemos el récord de formalización de pequeños mineros, más del 50% de todas las formalizaciones que se han hecho en Colombia las hemos hecho en Antioquia, para que no nos vengan a decir que la delegación de la Secretaría de Minas no ha funcionado.
Pero eso no significa que dejemos claro ante la opinión pública que allí, en el Bajo Cauca, en todas estas manifestaciones, ha habido una interferencia, una presión, una extorsión, una amenaza del Clan del Golfo a los pequeños mineros, ellos son sus víctimas. ¿Qué tenemos que hacer allí? Fortalecer la presencia del Estado en forma integral para permitir que los pobladores y los mineros no sean instrumentalizados por estas organizaciones criminales.”
En mayo el Clan del Golfo hizo un paro armado y la afectación fue bastante en varias regiones del país, incluida Antioquia. No se veía casi fuerza pública, por no decir ninguna. Es como si ya hubieran ganado el control territorial . Y recientemente, en el último bloqueo, EL COLOMBIANO constató que no había ni militares ni policías en las vías, que eso estaba prácticamente a disposición de los armados, ¿qué está pasando gobernador?
“Bueno voy a tratar de ser franco, sincero con EL COLOMBIANO y a través de ustedes con la opinión pública. Sí me parece que negarlo es demasiado absurdo. Claro que esas organizaciones criminales hoy tienen unos controles parciales de ciertos territorios en Antioquia y en Colombia.
El Clan del Golfo es la organización delictiva, la amenaza violenta más grande de Colombia. En mi concepto ese llamado paro armado que incidió por lo menos en ocho departamentos, demostró esa capacidad intimidatoria a la población, y esa capacidad a través de sus estructuras criminales, y de sus ramificaciones, de generar el efecto que tuvo sobre esas poblaciones, municipios completamente paralizados, vías completamente imposibilitadas, no lo podemos negar, yo no lo niego, porque hay que partir de una realidad, para atacar esos fenómenos, por eso es que yo he dicho que es importante la política de sometimiento”.