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Idas y vueltas del primer año de Daniel Quintero

En un agitado comienzo de gobierno en Medellín, Daniel Quintero obtuvo el 69 % de aprobación, según la Gran Encuesta Metropolitana de Alcaldes.

  • En un agitado comienzo de gobierno en Medellín, Daniel Quintero obtuvo el 69 % de aprobación, según la Gran Encuesta Metropolitana de Alcaldes. FOTO EDWIN BUSTAMANTE
    En un agitado comienzo de gobierno en Medellín, Daniel Quintero obtuvo el 69 % de aprobación, según la Gran Encuesta Metropolitana de Alcaldes. FOTO EDWIN BUSTAMANTE
01 de diciembre de 2020
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Sin tanto afán (como en la entrevista que tuvimos el 11 de septiembre) y con un tono más conciliador, el alcalde Daniel Quintero habló de su primer año. Dentro del proceso que cursa en el Congreso para que Medellín se convierta en distrito, lanzó una propuesta: que la declaratoria cubra todo el Aburrá, que quede abierta la opción para la anexión de los municipios en las próximas décadas y luego se elija el alcalde de la gran ciudad metropolitana.

Anunció la venta de algún activo (sería la participación en UNE) y dijo que la propuesta de modificación del objeto social de EPM volverá al Concejo cuanto tenga estudio previo y visto bueno de los acreedores.

¿Habrá ajuste en el plan de desarrollo ($22,7 billones) por el impacto de la pandemia?

“Hasta ahora se mantiene. Este año hemos tenido un buen comportamiento fiscal a pesar de los retos. EPM empezó flojo debido a que no se habían hecho coberturas cambiarias y tuvo una afectación en el primer trimestre. Su política de austeridad ha permitido que podamos tener un buen cierre, las proyecciones son de entre $1,1 y $1,3 billones de utilidades. En el cuatrienio tenemos recursos asegurados para ejecutar el plan. Eventualmente, y lo dejamos estipulado en el plan de desarrollo, está contemplada la venta de alguno de los activos que informamos de forma previa: UNE o Antofagasta”.

¿Cuándo se decidirá eso?

“Depende mucho de la junta de EPM, del análisis financiero. Cuando EPM decide salir de uno de sus activos es porque considera que no está rentando a lo que debería o que debe enfocar las inversiones al mercado nacional. Tenemos inversiones en el mundo cuando todavía no tenemos agua potable al 100 % en la ciudad o en Antioquia. Que las inversiones estén donde generen mayor rentabilidad económica pero también social”.

¿Por cuál se decantaría?

“Lo de UNE es prácticamente un hecho. Tenemos que afinar nuestra posición: o tenemos control de la empresa o cedemos la participación. Hoy es un activo que a EPM le genera baja utilidad en un mercado bastante competido donde si no tenemos control no podemos hacer las inversiones cómo se deberían. Medellín tiene, entre las capitales principales, uno de los índices más malos de calidad de banda ancha. Hay que crear esquemas que permitan incrementar la competitividad. Eventualmente está sobre la mesa una negociación con UNE para que haga inversiones y evaluemos otras alternativas. En principio, la salida es la primera alternativa”.

Dijo que EPM iba para la bancarrota pero la empresa expuso un panorama muy distinto. El crecimiento de activos fue de 10% entre 2007 y 2019...

“Yo no dije que en esta administración...”.

No, el dato es hasta 2019.

“Teníamos $2.000 millones de dólares sin cobertura cambiaria, la crisis de Hidroituango y algunos otros negocios con retos complicados. Todo eso se viene arreglando y vamos bien”.

¿Pero se apresuró en decir que iba a la bancarrota?

“No, íbamos mal. EPM ha tenido en esta administración un cambio de dirección que hoy la apuntala hacia el siglo XXI”.

Pero para bancarrota no iba.

“Si seguíamos por el camino que íbamos, sí. Hay que entender que significó Hidroituango. Solo en el primer semestre me tocó poner $1 billón por sobrecostos, más coberturas cambiarias, más decisiones complejas en diversas latitudes. Ese no era el camino”.

En EPM renunciaron ocho miembros de junta, el secretario general y el vicepresidente financiero, ¿es síntoma de qué?

“De cambios importantes que eran necesarios. El del secretario general es un tema personal, pero son cambios en la dirección correcta”.

Dijo que en octubre radicaría la propuesta para cambio del objeto social, ¿qué pasó?

“Esa no es una propuesta mía, es de la administración anterior que recogió la junta que renunció. Resultado de esa recomendación, que se votó en junta, presento la solicitud de facultades extras para que después de un estudio y consulta a calificadoras y tenedores de bonos hiciera un cambio del objeto. Vamos a cambiar el orden de los factores, molestó que fuera a través de facultades extras. Primero vamos a hacer estudios, las reuniones, y luego se presenta”.

¿Qué pasará con la continuidad de las obras de Hidroituango?

“Los contratistas tienen compromisos de terminar las obras pero, sí eventualmente por alguna razón alguno se sale, EPM tiene un plan de continuidad que permite evitar que esto se convierta en retrasos”.

¿Cuándo se tomará la decisión con el consorcio que termina el contrato el 31 de diciembre?

“La continuidad de ellos está garantizada mientras quieran continuar, porque tienen un compromiso de terminar el proyecto. EPM no tiene ningún interés en hacer cambios, a menos de que un contratista decida irse”.

¿Ese plan de continuidad, llegado el caso, alteraría el cronograma para entrar en 2022?

“Si lo altera, no lo altera por mucho tiempo”.

Quedó pendiente la actualización de la división política administrativa local, ¿la hará?

“Tiene que sintonizarse con la que cursa en el Congreso en la que Medellín camina a convertirse en un distrito”.

¿Qué implicaciones tendría esa conversión?

“Estoy de acuerdo, le dará más dientes a Medellín para ser un Valle del Software. Hay un parágrafo que da tranquilidad a la administración frente a los gastos porque le da tiempo. Lo lanzo como propuesta para que en ese proyecto de reforma constitucional el distrito no sea solo Medellín sino todo el Aburrá y que la inclusión de los municipios se dé cuando así lo quieran después de 2030 o 2032, de modo que tengamos elecciones para el alcalde de la ciudad metropolitana. Tiene retos políticos pero que quede abierta la puerta”.

¿Se le vendió la idea a la ciudadanía de una victoria temprana frente al virus?

“Este es un virus impredecible y sin precedentes. A los gobernantes del mundo nos tocó enfrentar y tomar decisiones muchas veces basadas en la intuición, en medio de tiempos en los que nadie sabía cuál era la respuesta. Medellín apeló a la tecnología para resolver problemas que le dieron resultado en la primera etapa para ganar tiempo. Cuando inició la pandemia llegamos a tener solo tres camas UCI disponibles de 330. Con Medellín Me Cuida llegamos a cada ciudadano, le informamos su nivel de riesgo a través de rastreos inteligentes. Pudimos ganar tiempo a punto que Medellín hoy hace parte de la tercera ola de contagios. Cuando la economía se abre el reto es diferente, es tener camas UCI y utilizar el tiempo ganado. Tenemos 859 camas activas y 1.000 de ser necesario”.

¿Entonces cuáles son las cuentas del Plan 1.000?

“El plan lo que dice es que Medellín es capaz de tener 1.000 camas UCI. Ese número es inimaginable para los tiempos que vivíamos. Si llegara a ser necesario podemos tenerlas pero hay que apelar, en lugar de intensivistas, a anestesiólogos o traer médicos extranjeros o de otra ciudad. No es bueno eso porque se aumenta la letalidad. No hemos tenido saturación del sistema, uno de los mejores de América Latina, y eso ha permitido atender a todos. Nos preocupa diciembre por el riesgo que tenemos”.

¿Qué medidas se tomarían?

“Estamos en una meseta más larga de lo que esperábamos. La fortuna de la meseta es que no presiona de forma excesiva el sistema, estamos acostumbrados a ese nivel de dificultad. Lo grave es si hay crecimiento, estamos a 100 camas UCI de tener que empezar a utilizar anestesiólogos, no podemos dejar que eso pase en diciembre. ¿A qué medidas? A las que sean necesarias. Seremos estrictos con la pólvora”.

¿Y cómo será 2021 hasta que llegue la vacuna?

“Medellín y las ciudades de tercera ola de contagios serían las mejores candidatas a recibir las primeras vacunas debido a que son donde más vidas potenciales hay para salvar. Es difícil saber si viene una caída abrupta o vamos a seguir con la meseta porque probablemente lo que se está dando en la ciudad es que el primer y el segundo brote se están juntando, dado que la economía está abierta. El Ministerio nos ha informado que a principios del segundo trimestre de 2021 tendríamos vacunas”.

¿Cuánto ha costado la pandemia y cuál será el endeudamiento para 2021?

“Medellín ha sido juiciosa con el endeudamiento. Este año solo prestamos $120.000 millones y pagamos $381.000 millones. El próximo año esperamos hacer créditos por $343.000 millones pero pagar $469.000 millones. Hoy la ciudad tiene un endeudamiento de $1,9 billones y se ha gastado este año $236.000 millones atendiendo la pandemia. Estos números puede que suban porque a principios del próximo año, cuando ya bajemos la meseta, es cuando llegan las medidas más importantes de reactivación económica”.

Medellín Me Cuida generó debate por el manejo de datos, ¿qué certeza tiene la ciudadanía de que su información no será usada con otros fines?

“Esta es una alcaldía que trabaja con honestidad y transparencia. La ciudadanía confió en nosotros, 3,5 millones nos confiaron sus datos, ubicación, estado de salud para poder ayudar en pandemia, para llevar alimentos y decirles cuál era su riesgo. La ciudadanía puede confiar en que el manejo de esa información es lo más decente y pulcro posible”.

¿Pero qué fines tendrá?

“La seguimos utilizando, la gente sigue recibiendo información sobre cuántos contagiados hay a 100 metros. Cuando caigamos de la meseta vuelve a ser relevante hacer cercos epidemiológicos. Será importante para identificar qué personas necesitan la vacuna más rápido. Cuando deje de ser útil en temas de salud, enviaremos un mensaje para que determinen si quieren que la información repose en nuestras bases o se elimine”.

¿Cómo justifica que en plena recesión la alcaldía cree siete dependencias que costarán $2.086 millones al año?

“Voy hablar del valor que ha significado esta modernización. La gerencia de proyectos estratégicos ha tenido la misión de que los 27 proyectos más grandes avancen. Logró concretar el metro de la 80 que significa $2,4 billones de la Nación, es una dependencia que ha pagado miles de veces esos $2.000 millones. Hicimos una reducción en los gastos de pauta que pagan sobremanera esa transformación. La ciudad también ganó una gerencia para la población LGTBI, una deuda histórica con ellos; una gerencia de etnias, que está reconociendo el valor de cerca de 200.000 personas; una secretaría de innovación digital que exige la ley; una subsecretaría de Bienestar Animal que articulará los programas dispersos; una unidad especial de Buen Comienzo, en la apuesta de acabar con la desnutrición crónica; y una secretaría de la Noviolencia que tiene todo el sentido aquí”.

Usted pidió aplazar la actualización catastral el año pasado. El plazo de ley está vencido, ¿cuándo la hará?

“Medellín es una ciudad más pobre de lo que nosotros creemos. Teníamos una actualización que iba a incrementar en 100, 200, 500% el impuesto predial a los ciudadanos. ¿Qué tal qué eso ocurra y luego llegue la pandemia? Vamos a hacer eso de forma gradual, no puede ser de un solo golpe, hacerlo por comunas, porque la gente no es capaz de pagar tanta plata en momentos de crisis. Estamos haciendo un estudio, se presentó un proyecto de acuerdo al Concejo para garantizar que los incrementos nunca puedan ser por encima de ciertos porcentajes”.

¿Qué garantías tendrán los movimientos revocatorios?

“Todas. Soy un demócrata, creo que un proceso de revocatoria es una oportunidad para mostrarle a la ciudad la gestión que venimos haciendo. Nos permite confrontar las ideas. Al otro lado hay muchas mentiras y acá hay honestidad y transparencia”.

¿En qué han sido injustos sus críticos?

“Rara vez nos ven algo bueno. Medellín recibió el premio a la alta gerencia del Gobierno Nacional, ha obtenido los recursos para el proyecto más importante en 25 años, ha reducido los índices de violencia. Las acusaciones que nos han hecho se han caído por falta de argumentos. Lo estamos haciendo con amor”.

¿Y con qué han sido justos?

“Espere yo pienso que uno siempre se está defendiendo de las críticas. En comunicar mejor algunas cosas”.

Infográfico
Juan Diego Ortiz Jiménez

Redactor del Área Metro. Interesado en problemáticas sociales y transformaciones urbanas. Estudié derecho pero mi pasión es contar historias.

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