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Lío en los seguros abre nuevo frente en Ituango

  • Los líos para renovar el seguro todo riesgo construcción para Hidroituango preocupan a los expertos. FOTO Juan Antonio Sánchez
    Los líos para renovar el seguro todo riesgo construcción para Hidroituango preocupan a los expertos. FOTO Juan Antonio Sánchez

El fracaso de EPM para renovar el seguro todo riesgo construcción de Hidroituango, que continúa en una batalla contra el reloj para comenzar a generar energía a mediados del próximo año, abrió una nueva arista en medio de la incertidumbre que hoy embarga a ese proyecto hidroeléctrico.

Pese a adelantar conversaciones con un número aún desconocido de aseguradoras, buscando blindar la megaobra en su recta final, la empresa confirmó que no pudo llegar a un acuerdo con ninguna de ellas y tuvo que crear un fondo con recursos propios en caso de que se presente alguna emergencia.

Aunque según advierten expertos la creación de este mecanismo es una estrategia completamente legal y viable, su aplicación abrió un nuevo debate sobre el futuro de la obra, ya que podría dar cuenta de varios escenarios adversos, que van desde la negativa de las aseguradoras a hacerse cargo de la misma o hasta un pulso por el precio de las primas.

El No de las aseguradoras

Las primeras informaciones de que la hidroeléctrica se había quedado sin uno de sus seguros más importantes comenzaron a conocerse a finales de la semana pasada, luego de que varios congresistas de la bancada antioqueña visitaron EPM, en el marco de una comisión accidental.

Al revelarse que ese tema fue uno de los que estuvo sobre la mesa en la reunión con los parlamentarios, en la presentación del concepto de los alumbrados navideños el pasado viernes 5 de noviembre, el gerente de EPM, Jorge Andrés Carrillo, confirmó que el costo de esa póliza ha venido incrementándose sostenidamente durante los últimos meses, lo que obstaculizó su renovación.

“EPM tiene una gestión del riesgo que nos ha permitido avanzar sin que eso sea un problema. Seguimos en ejecución continua”, expresó Carrillo al ser consultado sobre el particular.

Luego, el pasado domingo 7 de noviembre, EPM publicó en la noche un comunicado en el que explicó que, pese a los esfuerzos de la empresa, ninguna compañía se había animado a firmar un contrato nuevo y que la empresa se vio obligada a crear un fondo con recursos propios para respaldar la recta final de los trabajos.

“EPM estableció como mecanismo de transferencia de riesgos un fondo de autoseguros de USD $23 millones que le permite, dentro de sus estimaciones estadísticas, gestionar la mayoría de las eventualidades asegurables que puedan afectar el desarrollo del proyecto”, indicó la empresa, insistiendo en que esta situación no pondría en riesgo la continuidad del proyecto.

Aunque en ese documento la empresa se mantuvo en que el esquema de aseguramiento se mantiene sólido, expertos en seguros, infraestructura y servicios públicos advierten que son muchas las preguntas que quedan en el aire.

Una herramienta legítima

Javier Tamayo Jaramillo, especialista en seguros y responsabilidad civil, plantea que lo primero que hay que tener en cuenta es que EPM aún no ha explicado con claridad cuáles fueron las razones concretas por las que no se pudo renovar el seguro.

De acuerdo con la información que hasta ahora la compañía ha hecho pública, el experto plantea que son dos los escenarios que podrían explicar la situación. Por un lado, que las aseguradoras hayan subido ostensiblemente el precio de las primas o que, por otro, simplemente se hubieran negado a continuar respaldando el proyecto, al considerar que el riesgo de mantenerse en el mismo es muy alto.

Mientras en el primer caso el fracaso de la renovación podría obedecer a un tire y afloje por el precio de las primas; bajo el segundo, la reputación del proyecto podría estar en entredicho para el sector.

“La aseguradora podría no querer seguir asegurando a EPM, argumentando tener temor ante un siniestro que ocasione un gran impacto en el mercado asegurador. En teoría, el asegurado podrá acudir a otras compañías y conseguir otro seguro, pero en la práctica ese tipo de negativas actúan como una telaraña en el mercado”, explica Tamayo, advirtiendo que en ese escenario sería lógico el paso dado por EPM de crear ese fondo.

Sin embargo, el experto aclara que los fondos de autoseguro no son un mecanismo idóneo para responder ante siniestros, ya que, si ocurre un siniestro grande, EPM correría el riesgo de asumir pérdidas por encima de su capacidad.

“Si ocurre un siniestro grande y resulta que el autoseguro no da para las pérdidas, el problema en el que se mete la dirección de EPM es enorme”, alerta Tamayo.

José Fernando Villegas, director en Antioquia de la Cámara Colombiana de Infraestructura, plantea que, si bien el autoaseguramiento es normal y generalmente se aplica a situaciones en las que el mismo puede resultar más rentable para el dueño del proyecto, no conoce casos en la región donde ese mecanismo haya sido aplicado a construcciones pactadas a todo riesgo.

En contraste, Luis Guillermo Vélez, economista y experto en Servicios Públicos, planteó que si el fondo de autoseguros está bien diseñado, es una alternativa viable para retener el riesgo del proyecto.

“Ante la situación del mercado, que no daba un nuevo seguro todo riesgo o sería muy costoso, el fondo de autoseguro es la única salida. El fondo de autoseguro es mejor que nada”, dice Vélez, aclarando que, si bien no es tan bueno como un seguro, es una herramienta útil y legal.

Andrés Felipe Uribe, vicepresidente de Riesgos de EPM, sostuvo que la compañía ha garantizado mantener un esquema de aseguramiento para Hidroituango.

Pese a la caída del seguro todo riesgo construcción, el directivo agregó que se mantienen activas las pólizas todo riesgo de montaje, obras civiles terminadas, sabotaje, terrorismo y de responsabilidad civil extracontractual.

“Hidroituango es uno de los principales siniestros a nivel mundial en pólizas de todo riesgo construcción. Sin embargo, varias de las aseguradoras que hoy nos acompañan en el pago del siniestro, son las mismas que nos están acompañando con el esquema de aseguramiento actual”, dijo Uribe.

También insistió en que, de acuerdo con sus cálculos, el fondo de USD $23 millones sería suficiente para cubrir la mayor parte de las eventualidades que se puedan presentar.

Según EPM, los trabajos pendientes en Hidroituango equivalen a un 14 % del total de la obra. La empresa anunció en julio pasado que la obra costaría $18,3 billones, $2,1 billones más de lo presupuestado el año pasado.

23
millones de dólares fueron destinados por EPM para crear fondo de autoseguro.
18,3
billones de pesos es el costo actualizado de Hidroituango, con corte a julio pasado.
Jacobo Betancur Peláez

Comunicador social y periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana, especializado en la investigación de temáticas locales. También cubro temas relacionados con salud, historia y ciencia.

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