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En una de las fotos que encabezaron el homenaje a la vida de Daniela Quiñones Pimienta (1997-2020) se ve a la joven sonriendo en medio de un grupo de estudiantes y de fondo el Museo Casa de la Memoria.
Lo de este miércoles convocado por Eafit de alguna manera fue eso. Memoria y alegría con un dolor inmenso de fondo. Un acto simbólico liderado por su círculo de amigas más cercanas, en compañía de su madre y de la comunidad universitaria, con palabras y recuerdos dispuestos para señalar la huella que dejó en otras vidas hasta la noche del pasado domingo. Tenía muchos planes más por delante, pero se los cortaron de tajo.
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“Perdimos una amiga inigualable. Una novia, una hermana ejemplar, una alumna y una mujer llena de luz: hermosa, luchadora y que nunca se rindió. Que a pesar de todo lo que pasaba por su vida siempre irradiaba una energía hermosa, que a donde quiera que llegaba llevaba su luz e iluminaba todo con su paso”, expresó Mariana Rodríguez, una de las amigas más cercanas.
Mariana, quien leyó a nombre suyo y de Luisa Martínez, agregó que Daniela era una activista de los derechos de las mujeres, pero no pudo seguir. No la dejaron:
“Luchaste, hasta donde pudiste, por los derechos de las mujeres que a diario estamos expuestas a tantas injusticias porque sí, ser mujer en este mundo a veces es un poco duro y amargo. Seguiremos en tu nombre luchando intensamente por la injusticia, la violencia y la inequidad”.
También hubo oraciones. La voz quebrada que Ángela Pimienta, la mamá de Daniela, pidiendo justicia y agradeciendo las muestras de solidaridad y condolencias: “Mi hija era un ángel aquí en la tierra y lo seguirá siendo en el cielo”, dijo.
Hubo luz de las velas y silencios que fueron cómplices de la tristeza. El rector Juan Luis Mejía leyó un poema de David Harkins:
Puedes llorar porque se ha ido,
O, puedes sonreír porque ha vivido.
Puedes cerrar los ojos
Y rezar para que vuelva
O puedes abrirlos...
Y ver todo lo que ha dejado.
Tu corazón puede estar vacío
Porque no lo puedes ver.
O puede estar lleno del amor
Que compartisteis.
Puedes llorar, cerrar tu mente
Sentir el vacío y dar la espalda.
O puedes hacer lo que a él le gustaría:
Sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.
También hubo homenaje en Marmato
Frente a la Parroquia Santa Bárbara de Marmato, hombres y mujeres vestidos de blanco y con globos en su manos, rindieron este miércoles homenaje póstumo a Daniela Quiñones, joven asesinada en el municipio y encontrada el martes en el río Cauca a la altura de Puente Iglesias (Antioquia).
Fomando un círculo en el atrio de la parroquia, la comunidad escuchó la canción Sin Miedo, de la artista Vivir Quintana: “Soy la niña que subiste por la fuerza, soy la madre que ahora llora por sus muertas”.
Las investigaciones establecieron que a Daniela le habrían causado la muerte mediante asfixia y golpes. En el lugar de los hechos encontraron sus prendas de vestir.