En los últimos 29 años se han reportado en Antioquia 1.874 incendios forestales con 19.517 hectáreas afectadas y 5 fallecidos. FOTO: Juan Antonio Sánchez
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Un estudio revela que el Valle de Aburrá es la subregión menos vulnerable a las conflagraciones que afectan la fauna y la flora debido a su fortaleza institucional.
En los últimos 29 años se han reportado en Antioquia 1.874 incendios forestales con 19.517 hectáreas afectadas y 5 fallecidos. FOTO: Juan Antonio Sánchez
Aunque los incendios que ocurren en el Valle de Aburrá son los que alcanzan mayor visibilidad mediática, lo cierto es que esta subregión es la menos propensa del departamento a que sucedan este tipo de emergencias. Muy por el contrario, las áreas más propensas a las conflagraciones que afectan la fauna y la flora están en el Bajo Cauca, Magdalena Medio y el Nordeste.
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Así lo revela un estudio que se hace por primera vez en Antioquia sobre susceptibilidad, amenaza, vulnerabilidad y riesgo por incendios forestales, el cual fue realizado por el Dagran (Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo) en articulación con la Universidad de Medellín.
Su importancia radica en que justamente estamos comenzando una de las temporadas tradicionales de incendios fuertes en el año, que va desde diciembre y alcanza picos máximos en marzo para bajar de intensidad en abril. La segunda época de incendios en esta parte del país, más débil, empieza en julio y termina en septiembre.
El informe hizo énfasis en los municipios que históricamente han mostrado un alto riesgo, como Cáceres, Tarazá, Vegachí, Segovia, Maceo, Caracolí, San Juan de Urabá, Necoclí y Campamento, con el fin de determinar las causas y formular medidas de mitigación, con la intención de evitar que se presenten a futuro.
Los análisis en una línea de tiempo indicaron que las subregiones donde suceden más incendios forestales son el Oriente, Suroeste y Valle de Aburrá (en especial el cerro Quitasol, en Bello) y la Ensenada de Rionegro en Necoclí, si bien los mayores daños se presentan en Urabá y el Occidente.
Medellín y su área metropolitana se destaca por ser la zona de menor vulnerabilidad, ya que más del 70 por ciento de su territorio tiene vulnerabilidad clasificada entre baja y muy baja, y ello tiene que ver en buena medida con la fortaleza institucional, así como con la baja vulnerabilidad económica y social.
En cambio, en el Bajo Cauca, Magdalena Medio y Nordeste, más del 40% del territorio se clasifica con vulnerabilidad alta a muy alta.
Un factor cultural que aporta vulnerabilidad, ligado al aprovechamiento económico, es que en el 60 por ciento del departamento se acostumbran las quemas para limpiar potreros y rastrojos, para preparar los suelos para el cultivo, lo mismo que para eliminar residuos agrícolas.
“En los últimos 29 años se han reportado 1.874 incendios forestales con 19.517 hectáreas afectadas y 5 fallecidos. El 70% de estos eventos se han registrado entre enero y marzo, meses de menos lluvias”, indicó el director (e) del Dagran, Carlos Mario Zuluaga.
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Con los insumos dados por el estudio en mención, los Consejos Municipales de Gestión del Riesgo de Desastres pueden actualizar instrumentos de actuación como el Plan Municipal de Gestión del Riesgo de Desastres y la Estrategia Municipal de Respuesta a Emergencias.
Ante la inminencia del inicio de la primera temporada de más incendios forestales, la Gobernación ya inició una campaña de sensibilización a las comunidades con el fin de que prevengan incidentes, pero además para que sepan qué hacer en caso de que algo ocurra.
Fuera de eso, en municipios donde hay pérdida importante de la cobertura vegetal, como Necoclí, Turbo y Zaragoza, están incentivando la construcción de viveros en los que se levantan sobre todo especies nativas.