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Al principio parecía una bendición. Desde julio de este año, Julio Morales comenzó a pescar bagres en el río Nechí con tanta facilidad que la situación lo llenó de alegría. No obstante, luego constató que estaban muertos y tenían una pigmentación amarilla en el cuero, por lo cual reportó la anomalía a Corantioquia.
Y es que al día, afirmó este pescador, cada uno de sus compañeros puede encontrar hasta cuatro peces muertos y por lo general, indicó, son de gran tamaño. “La situación ha sido constante desde entonces, ya sabemos que se trata de una mortandad”, dijo.
Carlos Zapata, director regional de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap), reveló que esta anomalía solo ocurre con una especie —el bagre—, pero los reportes no solo son del río Nechí, sino que también está ocurriendo en el río Cauca, afectando ecosistemas de Caucasia y Tarazá.
Además, agregó, es muy difícil tener un estimado de cuántos han aparecido muertos desde que empezó el fenómeno.
Arbei Osorio, director de Regionalización de Corantioquia, manifestó que el primer reporte les llegó hace un mes y medio. Desde entonces, la corporación estudia el tema en dos frentes: identificar la causa del problema, inspeccionando dentro del organismo de los peces, y revisar la calidad del agua en los afluentes que presentan la situación.
Lo complejo, explicó, es que para hacer el análisis de laboratorio se requiere capturar a los bagres vivos, lo cual ha demorado la entrega de resultados de la investigación. Osorio indicó que muchos peces se mueren en el trayecto a un laboratorio y de esta manera es imposible encontrar una explicación.
Aunque ni la Aunap ni Corantioquia se quieren aventurar a lanzar una hipótesis del porqué solo afecta a una especie y prefieren esperar hasta mediados de diciembre, cuando parece que podrían tener resultados científicos, la ictióloga y docente de la Universidad de Antioquia, Luz Fernanda Jiménez, compartió sus apreciaciones sobre el tema.
Lo primero que indicó es que los peces muertos reportados superan los 70 centímetros de longitud, por lo cual se trataría solo de animales de gran tamaño y, como segundo diferenciador, solo están afectados aquellos con piel de cuero y no de escamas.
“En lo que informan los pescadores no hay especies como picuda o dorada, que son escamosos; sin embargo también hay casos de barbudo, que también son de cuero”, explicó la experta.
Osorio dijo que la mortandad puede estar relacionada con “un contaminante, pero también puede ser otra factor asociado al ecosistema”. Agregó que sí es novedoso que solo esté ocurriendo con el bagre y reiteró que, con apoyo de la U. de A. y la Universidad de Medellín, encontrarán una explicación.
La ictióloga Jiménez apuntó a que el fenómeno podría estar relacionado con el manejo inadecuado de las cuencas del Magdalena y del río Cauca, en las cuales los ríos y afluentes se ven afectados por deforestación, ganadería, minería, e incluso alteración de los cauces por presencia de embalses.
“La cuenca del río Nechí, especialmente, tiene fuerte actividad minera. Allí se usó mercurio para extraer oro hasta que fue prohibido, pero parece que están empleando otras sustancias químicas, de las que todavía no hay evidencias claras”, subrayó.
Entretanto, los lugareños dejaron de pescar bagres porque no tienen certeza hasta qué punto puede resultar perjudicial su consumo.
“Nosotros no sabemos si la carne está contaminada. Por eso, no solo dejamos de consumirlo, sino que nos dedicamos a atrapar blanquillos, doncellas o bocachicos, que no tienen ese problema”, dijo Morales.
Osorio reveló que, por lo pronto, Corantioquia adelanta mesas con pescadores del Bajo Cauca, e incluso llegaron hasta el municipio de Valdivia, para que estén al tanto de la situación hasta que lleguen los resultados de laboratorio.
Por su parte, la docente Jiménez expresó que lo que está ocurriendo debe ser “un llamado de atención para tener en cuenta que los cambios que se hacen en las cuencas influyen en la sostenibilidad del recurso pesquero y pueden poner en riesgo la supervivencia de una especie”.
Periodista de la Universidad de Antioquia interesado en temas políticos y culturales. Mi bandera: escribir siempre y llevar la vida al ritmo de la salsa y el rock.