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La negociación del páramo más pequeño

La Alcaldía de Bello lidera el proyecto para adquirir el páramo de Las Baldías. Explicamos el proceso.

  • La temperatura promedio en Las Baldías es de entre 10 y 11 grados centígrados. Está a 30 kilómetros de Medellín y no puede ser visitado. FOTO Carlos Velásquez
    La temperatura promedio en Las Baldías es de entre 10 y 11 grados centígrados. Está a 30 kilómetros de Medellín y no puede ser visitado. FOTO Carlos Velásquez

El páramo de Las Baldías no ha sufrido de soledad en los últimos cien años. Durante ese tiempo, una familia, de una generación a otra, se encargó de cuidarlo. Sus aguas han sido protegidas y sus frailejones crecieron en libertad. Pero esa historia de unión podría cambiar: Bello tiene la intención de que las 860,84 hectáreas pasen a ser un bien público y la conservación sea menester del Estado.

Las Baldías es el páramo más pequeño que tiene el país y el último en ser declarado como tal por el Ministerio de Ambiente (2016). Su territorio representa apenas el 0,02 % de todos los páramos que hay en Colombia. Pero, pese a su reducido tamaño, es una despensa hídrica. De sus 3.150 metros sobre el nivel del mar, su altura máxima, nacen quebradas como La Iguaná y La García, que vierten sus aguas sobre el Valle de Aburrá. Otras, como La Muñoz, corren hacia el valle del río Cauca. De ahí la importancia de su conservación.

La idea

Juan David Casas, secretario de Medio Ambiente de Bello, reconoce que la idea de comprar el páramo es incipiente. Sin embargo, considera que es un proceso necesario. “El agua y el medio ambiente son bienes colectivos. El páramo hace parte del distrito de manejo integrado que va del Aburrá al Cauca. Acueductos de San Cristóbal, San Jerónimo, Medellín y Bello se surten de él. Ahora se encuentra bajo predios privados y queremos ponerlo en manos del sector público para que siga manteniendo su riqueza ambiental”, puntualizó el funcionario.

Sobre el páramo tienen jurisdicción cuatro municipios. Bello posee el 60 % del territorio, es decir, 487,93 hectáreas; Medellín tiene 285,6 hectáreas; San Pedro de los Milagros, 48,21; y, finalmente, San Jerónimo, 39,74.

Casas explicó que, como primer paso para la negociación, hablaron con el propietario mayoritario del terreno. Para conocer la intención de los dueños, EL COLOMBIANO se puso en contacto con ellos. Sin embargo, expresaron que no darían declaraciones sobre el asunto. Argumentaron que la negociación apenas comienza y que, por motivos de seguridad, preferían que no se hiciera pública.

El secretario, por su parte, reveló que ante el Ministerio de Medio Ambiente se presentó el proyecto de adquisición de los predios que conforman el páramo. “Otro paso que dimos fue iniciar el avalúo, que es de tipo ecosistémico. Podremos medir las riquezas hídricas y de flora para, después, conocer cuál es el valor de la tierra”, resaltó el funcionario.

El avalúo mencionado por Casas podría estar listo en noviembre y será hecho por La Lonja. Una vez esto suceda, será llevado al Ministerio de Medio Ambiente para acceder a recursos del orden nacional. “Desde Bello, que es el municipio con mayor jurisdicción sobre Las Baldías, estamos liderando el proceso. Nosotros tenemos el 60 % del territorio. Pensamos crear una mesa con los demás municipios y contemplar la idea de crear una ‘vaca’ en la que todos aportemos recursos”, dijo el funcionario.

Es decir, la acción que lidera Bello está encaminada a que no solo sea suya la negociación, sino a que los cuatro municipios adquieran el pedazo que tienen bajo su jurisdicción. Para eso, según el funcionario, es que a futuro se convocará una mesa de trabajo.

Olga Lucía Zapata, subdirectora de Ecosistemas de Corantioquia, que es la entidad ambiental con jurisdicción sobre el páramo, contó que ese territorio alberga especies como la rana de muslos naranja, güaguas, zarigüeyas, conejos y armadillos.

“Es considerado el principal pulmón verde del Valle de Aburrá. Al estar declarado, su conservación ha sido positiva. Los propietarios han sido cuidadosos con el medio ambiente”, dijo.

Zapata agregó que Las Baldías es conocido como “la estrella hídrica” gracias a la cantidad de afluentes que sobre su cumbre nacen: “La intención de los municipios, al adquirir estos predios, es conservar los ecosistemas y en particular el recurso hídrico. El agua es un determinante esencial a la hora de escoger un predio para adquirirlo”.

Zapata explicó que el papel de Corantioquia en el proceso radica en la valoración ambiental de los ecosistemas. Agregó que esa acción se hará cuando haya una intención clara de compra del terreno.

En ese sentido, el secretario Casas precisó que el hecho de que el bien se convierta en público no quiere decir que pueda ser visitado ni se transforme en un atractivo turístico. De hecho, el ingreso de visitantes hoy está prohibido.

“Los recursos naturales deben estar en cabeza del Estado para que así se garantice el acceso de derechos públicos como el agua. Aunque con los dueños ha habido un compromiso por la conservación del medio ambiente, en manos de privados existe el riesgo de privatización del escenario, explotación comercial y ánimo de lucro. La garantía es que los recursos puedan ser custodiados por la administración pública”, apuntó el secretario.

Su importancia

Alejandro Arango es miembro de la corporación Gio Ambiental, que se dedica a la conservación y la investigación del medio ambiente. Para él, que Las Baldías pase a ser público es una “gran noticia”. Se explicó: “Es muy importante que se convierta en un área pública que sirva para la investigación. Es esencial que deje de ser de privados, pues eso entorpece las labores de conservación y de la ciencia en general.

Arango, además, dijo que en el páramo, allende la riqueza hídrica, hay una especie de frailejón que es más pequeña de la que crece en las zonas de nevados. “Solo está allí y en el páramo de Belmira. Es muy particular y muy interesante. Por este tipo de cosas es que Las Baldías es un lugar importante que debe ser protegido y mejor si lo hace el sector público”, agregó.

Juana Hofman, abogada especializada en ordenamiento territorial en páramos, explicó que estos son endémicos de la región andina. Solo hay un ecosistema parecido en un cerro de África. La experta dijo que hay que tener muy presente que los páramos son muy delicados y susceptibles a daños: “Cualquier afectación puede tener graves consecuencias sobre sus funciones ecosistémicas, en especial en lo relacionado con el ciclo hídrico”.

En cuanto a que Las Baldías pase a manos del Estado, Hofman añadió que este es el que debe ser garante de la conservación ambiental.

“Según el artículo 80 de la Constitución, el Estado es el que ordena ambientalmente el territorio. Además, es el responsable de planificar la conservación, recuperación y restauración de los ecosistemas estratégicos. Es por eso que puede salvaguardar y ejercer como dueño y señor sobre las áreas protegidas”, concluyó

3.150
metros sobre el nivel del mar es la altitud máxima del páramo, según Corantioquia.
860
hectáreas tiene el páramo de Las Baldías, lo que lo hace el más pequeño de Colombia.
Infográfico
Miguel Osorio Montoya

Comunicador Social-Periodista de la UPB. Redactor del Área Metro de El Colombiano.

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